El Ayuntamiento de Córdoba restaurará e integrará, en la nueva conexión peatonal que ejecuta entre la calle Capitulares y el Jardín de Orive, una serliana renacentista que data del siglo XVI, una alberca de época omeya y restos del Convento de San Pablo, que fue fundado tras la conquista de la ciudad en 1236 por Fernando III 'El Santo', y que se han descubierto durante las obras.
Así lo ha dado a conocer este miércoles en rueda de prensa en las propias obras el teniente de alcalde delegado de Urbanismo, Salvador Fuentes (PP), junto al arqueólogo de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Juan Murillo; la arqueóloga que supervisa las obras, María Isabel Gutiérrez, y el arquitecto municipal responsable del proyecto, Rafael García Castejón, entre otros responsables y técnicos municipales, y también de la empresa adjudicataria, Construcciones Glesa, S.A.
En este contexto, Fuentes ha asegurado que el hallazgo de los históricos elementos arquitectónicos no supondrá la paralización de las obras, que se iniciaron a mediados del pasado junio y que tienen un plazo de ejecución de seis meses, con un presupuesto de 458.554 euros, que cuenta con financiación de la Unión Europea (UE).
Así, según ha subrayado el también presidente de la GMU, "el proyecto y la obra no se van a parar" por dichos hallazgos, aunque, eso sí, "se van a integrar, y lo haremos en una segunda fase", pues se van a "restaurar", pero la cuestión es que "no podemos perder ni un minuto", para así mantener la financiación europea, que exige la ejecución y justificación del dinero invertido en un plazo concreto.
Ahora, según ha precisado Fuentes, se ha hecho "esta parada" en las obras para "ver el alcance de lo que hemos encontrado y, a partir de ahí", los elementos históricos que han aparecido serán objeto de intervención en "una segunda fase, una vez que esté" concluido el proyecto de conexión peatonal, determinándose "qué tratamiento se le da a la alberca" y a los restos conventuales, teniendo ya clara la integración y restauración de la serliana.
Por su parte, el arqueólogo de la GMU, Juan Murillo, ha explicado que la serliana hallada, que se une a otras dos conservadas en la ciudad, es una falsa fachada de ladrillo de carácter decorativo que cuenta con tres grandes vanos, ahora sellados, pero que se volverán a abrir, como lo estaban en su configuración original, permitiendo así el acceso desde y hacia el Jardín de Orive, con el que linda.
Murillo ha indicado que "es un elemento arquitectónico que se populariza muchísimo en el Renacimiento tardío, ya en época manierista, y que se llama serliana por el arquitecto italiano Sebastiano Serlio", y se trata de un tipo de "fachada monumental, que recuerda un arco de triunfo romano, pero que se utiliza sobre todo como fondos escenográficos en jardines o incluso en edificios".
Este es, según ha resaltado, "un elemento renacentista fundamental e importantísimo", resultando que, además, en este caso "utiliza como cimientos el muro Este de la alberca" omeya, la cual pertenecía una gran almunia o palacio ajardinado, mientras que la serliana "formó parte de un proyecto constructivo importante, de finales del siglo XVI, que acometió Hernán Ruiz y que tiene relación con la que fue la sala capitular del Convento de San Pablo", que hoy es un edificio de titularidad municipal y dedicado a actividades culturales en el Jardín de Orive.