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El PP confía en dar un vuelco en Cádiz como el de 2011 en las elecciones locales de 2023

Landaluce, en Algeciras, atento a si Gutiérrez Luna da el paso. La marca 100x100 podría volver a ser llave de gobierno en Diputación

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  • El Palacio Provincial, sede de la Diputación de Cádiz. -

De no ser por la ruptura del pacto entre AxSí y el PSOE en Puerto Real, nos habríamos encajado en diciembre sin reparar que los partidos toman posiciones en el ámbito local ante las elecciones de mayo de 2023. Son precisamente los andalucistas, que cuentan con cuatro alcaldías en la provincia (Paterna, Setenil, Villamartín y Barbate), los que están animando el cotarro con la presentación de Ismael Beiro como número uno para la capital, primero; el plantón a Elena Amaya esta semana; y, el sábado, con la reunión de viejas glorias del movimiento para defender el indulto a Pedro Pacheco y animarle a que vuelva al ruedo político para disputar la plaza jerezana. Casi nada.

Los dos grandes partidos, convencidos de que también en el municipalismo se vuelve al bipartidismo, andan con pies de plomo. El PP sueña con dar un vuelco al poder hegemónico del PSOE en la provincia, tal y como ha hecho en Andalucía, y con la referencia de los comicios locales de 2011, cuando aventajaron a los socialistas en 70.000 votos y 13 puntos.  Lo comandados por Bruno García y, desde este viernes, por Almudena Martínez, en sustitución de Germán Beardo, sueñan con imponerse y volver a gobernar Diputación tras la efímera presidencia de José Loaiza gracias, en gran medida, al efecto Juanma Moreno, por un lado, y, por otro, el desgaste de Pedro Sánchez ante la imagen de solvencia de Alberto Núñez Feijóo.

Los populares, que cuentan con cuatro alcaldías y llegaron a situarse en 2019 como tercera fuerza en la Bahía de Cádiz, la Sierra y la Costa Noroeste, y cuarta en La Janda, dan por hecho, además, que el votante de Ciudadanos es suyo (aunque en cada localidad hay casuísticas distintas que llevarán a los simpatizantes a decantarse por el PSOE o la abstención) y que Vox no crecerá (no en vano, de los nueve concejales que obtuvo en 2019, solo cinco permanecen fieles a Santiago Abascal y la dirección nacional no está satisfecha con las listas presentadas para el 60% de los municipios).

El PSOE, por su parte, se juega perder los reductos de poder que le quedan tras el desmantelamiento del régimen socialista en la Junta. Juan Carlos Ruiz Boix, que ha asumido la Presidencia de la Diputación en la recta final del mandato, cree en la continuidad, pero las heridas abiertas por la salida de Susana Díaz, el liderazgo aún no consolidado de Juan Espadas y la travesía por el desierto de la oposición en el Parlamento de Andalucía pueden pasar factura. El PSOE ha optado por un discurso moderado con guiños puntuales a la izquierda de la izquierda, con la esperanza de que el enfrentamiento de IU (con nueve alcaldías), Podemos (solo con Cádiz) y Adelante les beneficie. Además, se encomienda al trabajo realizado por sus 22 alcaldes como principal aval.

Pero ni PP ni PSOE han desvelado quiénes serán los cabezas de cartel en general (noviembre será el mes, en principio) y, en particular, en dos de las tres grandes localidades.

Jerez, efectivamente, es la excepción. Los populares han echado mano de María José García-Pelayo tras tres años marcados por la polémica con Antonio Saldaña al frente. Los socialistas se encomiendan al buen hacer de Mamen Sánchez para retener el bastón de mando.

En Cádiz, el propio PP alimenta los rumores sobre la aplicación de la fórmula jerezana, rescatando a Teófila Martínez como candidata, aunque José Manuel Cossi está bien visto frente a un Juancho Ortiz que nunca ha levantado pasiones; mientras que el PSOE podría decantarse por Óscar Torres,  político de buen talante y cabal. Todo ello condicionado, eso sí, por la decisión que tome a final de este mes José María González, Kichi, que duda aún si optar a un extraordinario tercer mandato o ceder la responsabilidad a David de la Cruz o Lola Cazalilla.

En Algeciras, el PSOE se halla sumido en una batalla cainita que prácticamente lo descarta para dar la guerra a un José Ignacio Landaluce que, si bien ha amagado por enésima vez por abandonar la política local, optará a la reelección. No las tiene todas consigo, preocupado por si el juez Manuel Gutiérrez Luna, popular por su prestigio y querido en lo personal, da el paso y concurre a las elecciones al frente de alguna plataforma o partido independiente. 

No hay que olvidar que la comarca del Campo de Gibraltar es tierra fértil para las formaciones de nuevo cuño. La marca 100x100 está tan arraigada que, sobre todo el alcalde de La Línea, Juan Franco, podría ser nuevamente llave de Gobierno en Diputación. Hoy lo es con el PSOE. ¿Dudaría serlo con un PP con poder en Andalucía si fuera necesario?

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