El pasado domingo el secretario provincial del PSOE gaditano, Francisco González Cabaña, indicó que esperaba que la alcaldesa, Ángeles Ariza, hiciera efectiva esta semana su dimisión.
Para ello Cabaña recordó cómo la regidora barreña puso su cargo a disposición del partido y como las instancias provinciales y regionales le solicitaron su renuncia. En cualquier caso, los socialistas ya trabajan en un Plan B en caso de que Ariza persistiese en su deseo de continuar al frente de la Alcaldía.
Una opción que no puede desecharse ya que la regidora afirmó ayer que su intención es la de continuar trabajando por el municipio. Asimismo, en la línea que viene manteniendo desde hace semanas, Ariza declinó pronunciarse sobre las declaraciones de Cabaña que prácticamente le marcaban los pasos a dar hasta que abandonase su cargo.
En cualquier caso, con las declaraciones de Cabaña el PSOE ha dejado ver públicamente a la alcaldesa lo que era un secreto a voces, su renuncia es la única salida para la crisis que atraviesa el partido en la localidad.
El propio partido reclamó a los implicados en la disputa, Ariza por un lado y los siete ediles críticos con su gestión por otro, que resolvieran sus diferencias dentro de los cauces habilitados por el PSOE.
Plazos cumplidos
En ese itinerario se contemplaba dar un periodo a la alcaldesa esperando que ella misma dimitiera tras constatar la falta de apoyos dentro de su propio partido. Sin embargo, Ariza ha dedicado estas semanas a resolver, al menos de momento, el problema que más le desgastaba de cara a la opinión pública: el pago de las nóminas a los empleados municipales.
Así, los sucesivos periodos de reflexión dados por el PSOE a la regidora se han ido cerrando en falso ya que Ariza ha ido fortaleciéndose en su trinchera al ver que ningún cargo político del partido le exigía su dimisión públicamente, como el domingo hiciera por primera vez González Cabañas.
En cualquier caso, la prioridad del Partido Socialista pasa por evitar el escándalo mediático que provocaría que sus ediles tuvieran que salirse del Grupo Municipal Socialista y plantear desde el grupo mixto una moción de censura de incierto resultado.
Aún así, los socialistas esperan que la alcaldesa dimita tras las presiones públicas toda vez que ella misma sí dejó su cargo en manos del partido y éste ha hecho público su deseo de apartarla.
En esta línea, fuentes de la agrupación barreña esperan que, “al menos por vergüenza”, la regidora barreña “cumpla con su palabra y se marche al solicitárselo el PSOE regional y provincial”.
En definitiva, el PSOE quema su último cartucho con el que ambas partes saldrían ganando: Ariza por dimitir ‘motu propio’ y el PSOE logrando al fin su deseo de sustituirla.
