En la mitad este del país y en especial en el norte decenas de ríos desbordados han arrasado pueblos y ciudades, y han dejado a miles de personas sin hogar.
Las autoridades han aprobado un plan de intervención para paliar los efectos de la catástrofe, que podría ser mayor en los próximos días.
El primer ministro, Emil Boc, señaló que la situación “es más grave” de lo que parece, y remarcó la necesidad de intensificar los esfuerzos para evitar la pérdida de más vidas.
Las alertas por lluvias se renovaron la mañana de ayer y hasta el viernes para 18 provincias de la parte oriental.
El Danubio amenaza con desbordarse en la región de Galati, al alcanzar el nivel de caudal histórico que registró en 2006.
El Ejecutivo ha anunciado que las familias de los fallecidos recibirán ayudas oficiales de más de 1.000 euros.
Rumanía se ha visto de forma reiterada seriamente afectada por inundaciones, con efectos devastadores como los sufridos ya en 2005 y 2008.