El adolescente, cuya identidad no se ha revelado y de quien lo único que precisó la policía es que reside en la región del siniestro, reconoció que dejó sin apagar una brasa que prendió de inmediato en el Monte Carmel, donde se originó el siniestro.
El joven dijo que había estado fumando una pipa en el lugar y que pese a darse cuenta de que las llamas se avivaban se fué corriendo al colegio sin avisar a nadie de la gravedad de la situación.
Tras el testimonio del adolescente, las autoridades israelíes dejaron en libertad a dos jóvenes drusos que permanecían detenidos por sospechosos.