Tratar este tema requiere confesión de preferencia futbolera o aviso de imparcialidad absoluta. Si fuera sevillista o bético, este comentarista no se atrevería a escribir este artículo. Pero ahora que la especulación lo domina todo gracias a la protección de que goza, decirlo desde la independencia más que una crítica es, seguro, un deber ciudadano. El Betis pretende saturar los alrededores del estadio, único lugar todavía libre, por tanto para aumentar el nivel de contaminación en Heliópolis una de las zonas menos contaminada de Sevilla, debe ser por la escasa ocupación de suelo en el barrio.
El haber recibido esos terrenos en usufructo, si es que los ha recibido, o haber disfrutado un Estadio durante cien años y finalmente haberle sido cedido por el Ayuntamiento por un importe mínimo, no les autoriza a construir el único espacio libre disponible en el barrio, porque se parte de que la cesión se refería solamente al Estadio. Pero aunque en el lote hubiera tenido sitio ese espacio completamente ocupado los días de partido, lo cual evita la ocupación de calles aledañas y cercanas, pues -esta es la pregunta- ¿dónde irán esos días? ¿Los desplazarán a los bermejales? A la barriada Pedro Salvador? Allí pueden caber, pero es necesario esperar a que se monten plataformas móviles, para poner los subir en las azoteas. El aparcamiento es un problema, el segundo, porque el primero y principal es la polución que aumenta cuando crece ampliamente el número de personas en la zona, lo que conlleva más cantidad de vehículos “sirviendo” mucho más de la contaminación que falta en el barrio.
Por muy interesante que sea el proyecto y más rentable para el Betis, Los proyectos que se hagan desde ahora en solares de algún barrio cambiarán la posibilidad de respirar por la saturación del espacio con su consiguiente añadido de contaminación y de aumentar los problemas de tráfico de forma considerable. Merece protestas que no se haya empezado a construir la red de metro pues cuando se quiera ir terminando líneas, el trazado actual estará obsoleto y el Ayuntamiento debe cuidar la ciudad y no debería convertirse de facto en cómplices de una gran operación especulativa y dañina para Sevilla.
