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Matrícula de deshonor

Linchamiento social e insulto gratuito

No faltan los guerrilleros dialécticos que pululan por las redes ofreciendo su más alta consideración, brindando insultos por doquier

Publicado: 24/07/2024 ·
19:16
· Actualizado: 24/07/2024 · 19:16
  • Redes sociales.
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Ya hace años que llevo observando cómo, ante cualquier circunstancia que ocurre en este país, no faltan los guerrilleros dialécticos que pululan por las redes ofreciendo su más alta consideración, brindando insultos por doquier. Da la sensación de encontrarnos en una competición constante para ver “quién la tiene más grande”. Da igual el hecho en sí, lo importante es desparramar agresividad a diestro y siniestro soltando las burradas más denigrantes que se les puedan ocurrir. No existen motivos para ello, es la ley de la vejación, y en muchos casos sin saber los motivos. Por ello y para estos energúmenos, da igual el color político, la raza, la sexualidad o el sexo, el físico, etc., no existe un determinado perfil para ser objeto de estos desalmados, que rinden pleitesía a sus propios egos, en muchos casos, desde perfiles falsos, escondiendo su cara mientras destrozan el alma de cualquiera que se les ponga a tiro.

Para estos delincuentes no importa la honestidad, no es relevante si se es responsable de un hecho determinado, ellos asumen todo lo que consumen en las redes sociales sin constatación alguna y apuran sus palabras sacando el máximo partido a la rica cultura que tenemos en estos menesteres, provocando un linchamiento digital digno de este tipo de manadas. El objetivo de estos supuestos inquisidores está muy claro, humillar hasta el umbral máximo que se pueda soportar, no existe la consideración y la libertad de expresión “pasa por el forro”, jactándose de ello y de sus logros, sin tomar conciencia de las repercusiones, incluyendo el suicidio, que puedan llegar a acometer.

El Tribunal Supremo deja claro que la libertad de expresión no es un derecho absoluto, estos impresentables se saltan las normas y leyes, aún en pañales en estos temas, buscando siempre su próxima víctima, en la que ocupar sus vacías existencias, en base a un supuesto y absurdo poder que les da ese linchamiento social. Yo no suelo recomendar ni dar consejos a nadie, pero mi experiencia me dicta que la mejor defensa es la eliminación de dichos perfiles, y sobre todo, la ignorancia; jamás entrar en estos juegos de guerras en las redes con personas despreciable que buscan un protagonismo, en el que las reacciones, para ellos, son consideradas como logros.

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