Esta molécula activa la proteína p53, que induce la muerte celular y la pérdida de capacidad para reproducirse del cáncer cerebral, hecho que frena su crecimiento.
El glioblastoma multiforme es el tumor cerebral más común y más agresivo en adultos y, pese a los esfuerzos en nuevos tratamientos como la innovación tecnológica en neurocirugía, la radioterapia y ensayos con nuevos agentes terapéuticos, la mayoría de los pacientes mueren a los dos años del diagnóstico.