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El enfrentamiento entre coptos y militares sacude la escena política egipcia

Dimite el viceprimer ministro egipcio por desacuerdo con la gestión de la crisis copta, aunque la Junta Militar se niega a aceptar la renuncia.

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  • Hazem Beblawi. -
La herida abierta en Egipto por los choques entre coptos y militares sacudió este martes al tablero político con la dimisión del "número dos" del Ejecutivo, Hazem Blebawi, aunque la Junta Militar se negó a aceptarla.

La confusa situación generada por la pública renuncia del viceprimer ministro y titular de Finanzas, y su posterior rechazo por las autoridades castrenses, puso en evidencia una vez más la fragilidad del gabinete encabezado por Esam Sharaf.

Un día después de que la junta militar reafirmase su intención de no soltar las riendas del país hasta la celebración de elecciones presidenciales, el Ejecutivo provisional comenzó a resquebrajarse.

Fuentes del Partido Socialdemócrata Egipcio, al que pertenece el dimisionario, explicaron a Efe que las autoridades intentan persuadir a Beblawi para continuar hasta que se le halle un relevo, pero que éste se niega.

Según estas mismas fuentes, Beblawi presentó su dimisión empujado por la propia formación y a causa de su desacuerdo con la forma en que el Gobierno abordó los disturbios del domingo, que acabaron con 25 muertos reconocidos oficialmente.

Este reputado economista, de 75 años, fue designado como "número dos" del ejecutivo de transición el pasado julio, dentro de una amplia remodelación gubernamental como consecuencia del aumento de la presión popular.

Firme en sus convicciones liberales, Beblawi había sido un acérrimo crítico del régimen del ex presidente Hosni Mubarak por su antiliberalismo, y había denunciado la corrupción como la auténtica gangrena de la economía egipcia.

La renuncia del viceprimer ministro llegó de forma inesperada, aunque cada vez se alzan más voces que reclaman que le acompañen el propio Sharaf y el ministro de Información, Osama Heikal, por lo que se entiende como una parcial cobertura de los disturbios de parte de la televisión pública.

En rueda de prensa, el primer ministro negó rotundamente que el gabinete que dirige vaya a renunciar y consideró que los incidentes del pasado domingo son "uno de los más lamentables" ocurridos en el país y que "no representan la naturaleza del pueblo egipcio".

"Esperaremos a los resultados de las investigaciones para conocer la verdad de los hechos", subrayó, en alusión a la comisión formada este martes bajo la dirección del ministerio de Justicia para investigar lo sucedido.

Pese a esta supuesta voluntad de esclarecer los hechos, organizaciones cristianas coptas denunciaron este martes que todavía existen varias "zonas oscuras".

Los choques se originaron en una manifestación de miles de coptos frente a la sede de la radiotelevisión pública, en la céntrica zona de Maspero, que protestaban por la quema de una iglesia en la provincia meridional de Asuán.

Aunque todavía se desconoce qué hizo estallar la violencia, los heridos coptos y los familiares de las víctimas aseguran que fueron "salvajemente atacados" por los militares que custodiaban el edificio, atropellados por tanquetas y, en algunos casos, disparados.

El activista copto Naguib Guibrail explicó a Efe en su despacho como había recibido un disparo en la pierna, y aseguró que la cifra de víctimas mortales entre los civiles supera la treintena, frente a los 25 reconocidos oficialmente.

Guibrail añadió que la Unión Egipcia de Organizaciones de Derechos Humanos, que él mismo preside, ha presentado una denuncia contra el ministro de Información por haber incitado al odio confesional en su intervención en la televisión pública en la misma noche del domingo.

Estas acusaciones coinciden con la orden de detención preventiva dictada este martes la Fiscalía Militar contra 28 personas acusadas de estar implicadas en los citados disturbios.

Los imputados, entre los que figuran cristianos y musulmanes, deberán permanecer 15 días detenidos para facilitar las investigaciones.

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