"Cada 27 de enero recordamos ese oscuro período de nuestra historia que transcurrió hace más de 60 años, el Holocausto. No podemos borrar de la historia humana el terrible, sistemático y cruel tratamiento al que fueron sometidos millones de hombres, mujeres y niños judíos, romaníes, discapacitados, homosexuales, testigos de Jehová, comunistas y otros disidentes políticos", estimó Pillay.
La alta comisionada, quien recordó que entre los fallecidos por el exterminio constan un millón y medio de niños judíos y miles de otros pequeños, manifestó que el Holocausto sirve de "recordatorio de los peligros de la discriminación y de la intolerancia, y de la importancia de intervenir lo antes posible para impedir que semejante tragedia suceda otra vez".
"Con la conmemoración del Holocausto, renovamos anualmente nuestra condena a todas las manifestaciones de intolerancia, acoso o violencia contra los individuos y las comunidades enteras, donde quiera que tengan lugar", añadió.
"Es importante que aprendamos del pasado para que los jóvenes tomen conocimiento de importantes eventos históricos, por terribles que pudieran parecer, para que puedan aprender de la importancia de sus palabras y sus actitudes hacia aquellos que son diferentes", indicó la alta comisionada.
"Las palabras odiosas corren el peligro de traducirse en acciones de odio y sus consecuencias pueden ser graves. Los niños y los jóvenes deben conocer su historia, entre ella los terribles errores el pasado, para que puedan estar alerta ante cualquer manifestación de odio desde el primer momento".