Una procesión de carácter extraordinario vino ayer a rematar el programa de actos organizado por la Hermandad de la Borriquita para celebrar el cincuenta aniversario de la bendición de la Virgen de la Estrella. La jornada comenzó a mediodía, en el patio de los naranjos de la escuela de San José, el mismo lugar que el 27 de mayo de 1962 acogiera la ceremonia de bendición de la imagen salida de las gubias de Sebastián Santos Rojas.
El obispo emérito de Málaga, Antonio Dorado, fue el encargado de oficiar un pontifical revestido de toda la solemnidad posible y en el que interninieron el Orfeón Portuense y una orquesta de cámara. La Virgen de la Estrella lució para la ocasión una corona de metal plateado cedida por la Hermandad del Nazareno, la misma que fue utilizada hace medio siglo en su ceremonia de bendición. En realidad, los cofrades lasalianos quisieron reproducir con la mayor fidelidad posible la estética del acontecimiento que justificaba este aniversario.
Ya por la tarde, al filo de las ocho y media, se ponía en marcha la procesión extraordinaria que llevaría a la calle a la Virgen de la Estrella, cuyo paso de palio lució un primoroso y colorista exorno floral repleto de alegorías a la propia advocación de la dolorosa. Manuel Serrano Navarro estuvo al frente de la cuadrilla de costaleros, contando el paso con el acompañamiento de la Banda Municipal de Música de Rota, que ofreció un atractivo repertorio de marchas procesionales.
En el transcurso del itinerario se estrenaron dos composiciones dedicadas a la Virgen de la Estrella: Signum Fidei, de Ismael Ancela; y Marcha sobre motivos lasalianos a la Virgen de la Estrella de Jerez en el L aniversario de su bendición, de Juan Carlos Gamino.
El cortejo siguió el itinerario habitual de la tarde del Domingo de Ramos, subiendo por Porvera tras dejar atrás el paso por San Marcos y Rafael Rivero, para buscar el monumento dedicado a San Juan Bautista de la Salle a través de la calle Gaitán. Ante la efigie del fundador del instituto lasaliano se vivieron momentos especialmente emotivos.
A continuación, la Virgen de la Estrella continuó su recorrido por Eguiluz, plaza Aladro, Rosario, San Andrés y Antona de Dios, buscando de este modo el encuentro con la comunidad de la escuela La Salle-Buen Pastor. La procesión depararía a partir de ahí momentos de hondo sabor cofradiero, al transitar por la calle Bizcocheros en busca de la Rotonda de los Casinos.
La Virgen de la Estrella recorrería a continuación el primer tramo de la calle Larga, girando en la Alameda del Banco en busca de la calle Tornería, un tramo a partir del cual se vivieron escenas similares a las de una noche de Domingo de Ramos. De este modo, la Hermandad de la Borriquita clausuró la brillante celebración del cincuenta aniversario de su titular mariana.