El Unicaja, en su mejor partido de la temporada, doblegó y desarboló (93-72) al Caja Laboral, desdibujado, sorprendente y cansado por su viaje a Moscú, un triunfo que le permite seguir con aspiraciones de clasificarse para la fase por el título.
El conjunto malagueño salió excesivamente frío, desconcentrado, sin motivación y lo aprovechó el equipo vitoriano para infligir un severo correctivo de 0-10 (minuto 4). El Unicaja tardó cuatro minutos en anotar su primera canasta frente a un Caja Laboral soberbio en todas sus acciones.
El Unicaja, o despertaba del letargo y del cambio de hora que le afectó más de lo habitual o su presencia en la fase por el título cada vez era más difícil. No tardó mucho en saber lo que se jugaba y cambió la actitud. La defensa empezó a funcionar y por consiguiente los ataques eran más fluidos.
Los triples de Vidal, Williams y uno de Panko, le dieron la primera ventaja 20-19, minuto 9. Los cajistas se habían transformado, robaban balones y los triples eran el manantial que los sustentaba 31-20, minuto 12.
Unicaja no se frenaba, tal era el ímpetu defensivo que el Caja Laboral se veía desbordado en ataque y defensa 45-26, minuto 17. El juego era práctico, dinámico, sin excesivos errores frente a un conjunto vitoriano apagado y donde solo San Emeterio ponía algo de cordura. Al descanso: 51-36.
Los andaluces tenían el partido controlado con un gran esfuerzo físico, aunque el Caja Laboral, desdibujado intentó con su mejor hombre, San Emeterio, recortar diferencias con un parcial de 0-10, 65-58, minuto 27. Eran minutos de incertidumbre, pero el Unicaja estaba pasando un momento complicado que solventó con paciencia 72-59, minuto 30.
La situación la había controlado el Unicaja y el último periodo con el pívot croata Luka Zoric, estelar, ascendió la diferencia 86-65, minuto 36. La victoria se iba a quedar en Málaga, en quizás, el mejor partido de los cajistas en lo que va de temporada ante un desdibujado Caja Laboral.
