Hace cinco años se reunieron al cumplir un cuarto de siglo desde que finalizaron los estudios en el colegio de las Carmelitas y la experiencia caló profundo porque un lustro después han vuelto a reunirse, no todas las que hubieran querido, pero sí las suficientes como para considerar “un sueño cumplido” el empeño que han puesto y para el que se han servido de las redes sociales, milagro de la informática y de la información del siglo XXI.
En esta ocasión no era el aniversario de algo, sino el aniversario de ellas. Todas cumplen en 2013 medio siglo de vida -no todas el mismo día- y eso ha sido un motivo más que suficiente para rememorar el anterior encuentro, para ponerse al día de lo que han pasado en este lustro, para contarse los proyectos de futuro y para seguir pensando en que dentro de diez años, cuando cumplan 60, ya podrán aprovecharse de los viajes del Imserso y la cita quizá no sea en San Fernando, sino en cualquier otro sitio. Si para entonces existe el Imserso o algo que se le parezca.
Obviamento no acudieron las 150 alumnas de esa promoción, todas de la misma edad, pero a través de un grupo en Facebook, 50 años, consiguieron ponerse en contacto 82 de ellas, más de la mitad, mientras que en la prueba de fuego, la reunión de este domingo, estuvieron un total de 47 llegadas desde diversos puntos de España e incluso de Francia. Orense, Canarias, Cantabria, San Fernando, Barcelona, Madrid, Huelva y Chiclana son los puntos de origen, donde viven ahora después de tantos años.
La reunión física, ya aparte de las redes sociales, comenzó con una cita en uno de los lugares donde muchas de ellas pasaron buenos ratos en su juventud y lo siguen pasando las que viven en San Fernando, la Gran Vía, en la plaza del Rey.
Luego estuvieron en La Montanera, en un almuerzo “con sabor a tradición” para terminar en la antigua sala Bolero donde la fiesta tomó los derroteros que tenía que tomar y a la que, obviamente, no invitaron a la prensa.
Pero sobre todo, el objetivo de esta reunión, segunda en cinco años, ha sido el de “recordar” lo que fueron en el colegio de las Hermanas Carmelitas, recordar a las que no han podido asistir, unas porque no dieron con el grupo de Facebook y otras porque los imponderables se lo impidieron.
Y finalmente, mandar un abrazo a todas las que formaron parte de ese mundo de la recta final del siglo XX cuando las cosas no eran exactamente igual que ahora. Aunque no lo parezca.
