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San Fernando

Vecinos de La Glorieta no quieren ser el último bastión de San Fernando

Piden mejoras en el barrio durante la visita realizada por los concejales de Ciudadanos y algunos miembros del partido independiente.

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  • Visita a la Glorieta.

Los concejales integrantes del Grupo Municipal Ciudadanos por las Isla, Mayte Más y Javier Cano, junto con algunos de sus colaboradores, han mantenido una reunión con miembros de la Junta directiva de la Asociación de Vecinos La Glorieta de la Estación,  visitando algunas de las calles y espacios abiertos de la zona.

En esta visita, los miembros de Ciudadanos recibieron todo tipo de explicaciones de la junta directiva. Varios son los aspectos que más llaman la atención del entorno. De un lado, la demanda de más aparcamientos, que se solucionaría instalando una franja de estacionamientos en batería alrededor de la Plazoleta encabezada por la estatua del Sagrado Corazón.

La junta directiva reclama una ampliación del parque infantil, con aumento de las instalaciones en las que puedan jugar los más pequeños, porque son las que realmente proporcionan una mayor afluencia de personas, siendo insuficientes las que actualmente existen.

Por motivos de seguridad, los vecinos consideran prioritaria la colocación de badenes en la propia Glorieta y el calle Ramón y Cajal (antiguo callejón de los Alambres) que impidan a los vehículos alcanzar velocidades elevadas en una zona frecuentada por numerosas personas, adultos y pequeños. Igualmente, la pintura de los pasos de cebra ha perdido casi totalmente  el brillo, y su visión a distancia resulta dificultosa.

Junto a todo ello, la reivindicación estrella viene materializada por el antiguo edificio de la Ayundantía de Marina, actualmente cerrado y tapiado. La recuperación por el Ayuntamiento de este inmueble permitiría a los vecinos de la zona disponer de un equipamiento público de gran utilidad para infinidad de usos de interés general.

Los vecinos, con carácter general defienden que la Estación de la Glorieta deje de ser considerada el último bastión de la ciudad, al que ni tan siquiera llega el ornato en las fiestas de Navidad, para pasar a ser una zona completamente integrada en el entramado urbano de la Isla.

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