El Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia ha declarado secretas las investigaciones sobre el caso de la pareja holandesa, Ingrid Visser y Lodewijk Severein, desaparecida hace dos semanas en la capital murciana. El caso está abierto, además de que se está pendiente la identificación oficial de los cuerpos, según han informado a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia.
Esta madrugada la Policía Nacional dio aviso a la familia del hallazgo de dos cadáveres en la pedanía murciana de Alquerías, aunque se está pendiente de confirmación oficial de que correspondan a los de la pareja. Según los allegados, la familia está "muy conmocionada" y apunta que "son momentos muy duros".
El alcalde pedáneo de Alquerías, Paco Zamora, ha explicado a Europa Press que los cadáveres se han encontrado en un paraje junto al Reguerón, en un camino denominado Serafín de Alba, una zona que linda con Zeneta. Se trata de un paraje de huerta que "suele estar muy transitado".
El delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana, comparece a las 11.00 horas para informar sobre la investigación, acompañado de un responsable de Policía Nacional.
RELATO DE LOS HECHOS
Los hechos se remontan al pasado lunes, 13 de mayo, cuando la pareja desembarcó en el aeropuerto de El Altet (Alicante) con la intención de pasar tres días en Murcia. Solo un día después, el martes 14 de mayo, ambos tenían una cita médica en una clínica de la capital murciana, aunque los motivos de esta fueron mantenidos en secreto por la familia en todo momento, al entender que no era "relevante" para la investigación.
Ingrid Visser, con 1,90 metros de altura, delgada, rubia y con ojos azul claro, era muy conocida en su país porque había sido una jugadora profesional de voleibol y había representado a Holanda en más de 500 ocasiones en campeonatos, al tiempo que había sido integrante de varios equipos españoles. De hecho, de 2009 a 2011 formó parte del equipo CAV Murcia 2005.
Durante el tiempo que formó parte de la plantilla del CAV Murcia 2005 residió en Murcia con su pareja Lodewijk hasta que, en 2011, ella decidió poner punto y final a su carrera profesional. Después decidieron regresar a Holanda, pero en los últimos dos años han vuelto en varias ocasiones a Murcia para pasar unos días, porque les gustaba la Región y le tienen "cariño".
El lunes, 13 de mayo, comenzó su última visita. La pareja alquiló un coche en el aeropuerto, un Fiat Panda de color negro con matrícula 9254 GTC, con el que se desplazó hasta Murcia, donde se hospedaron en el hotel Churra-Vistalegre. Ese mismo lunes fue el último día en el que se les vio con vida: tras registrarse en la recepción del hotel, volvieron a coger el coche por la tarde y desaparecieron.
La familia fue la que dio la voz de alarma al advertir, angustiada, que la pareja no había regresado a Holanda el miércoles, 15 de mayo, como estaba previsto. La pareja tampoco acudió a la cita médica que tenía prevista, tal y como confirmó la clínica, lo que activó un dispositivo de búsqueda por parte de la Policía Nacional.
La familia de los desaparecidos decidió dar una rueda de prensa el pasado martes, a través de su abogada y portavoz, Miriam Van de Velde. Por entonces, la Policía Nacional no descartaba ninguna hipótesis, y barajaban el secuestro, la desaparición voluntaria o que un accidente, entre otras posibilidades.
La Policía había encontrado objetos personales y del equipaje en el hotel, pero no se habían detectado movimientos bancarios realizados en sus cuentas.
Van de Velden confirmaba que la pareja mantenía una relación buena y estable desde hace cinco años y no estaban casados, aunque vivían juntos. Así, confirmaba que no había tenido ningún problema profesional ni familiar hasta ahora. En este sentido, Van de Velden negó que la ex jugadora de voleibol sufriera ninguna amenaza durante su carrera deportiva y no se le conocían enemigos.
La portavoz también rehusó dar información sobre la forma en la que la pareja se ganaba la vida en la actualidad, al entender que se trataba también de una información que no era "relevante" para la desaparición. No obstante, puntualizó que ella era "una persona normal que se había dedicado al deporte a un nivel alto, pero tampoco nada exagerado".
La familia reclamó entonces la colaboración ciudadana y pidió a cualquier persona que pudiera facilitar información sobre su paradero que se pusiera en contacto con la Policía Nacional. Incluso, habilitó una página web accesible en la dirección 'http://www.ingridenlodewijk.com/es/', y una cuenta de Twitter en la que aportar pistas.
Sólo un día después, el miércoles 22 de mayo, apareció el coche alquilado por la pareja, aparcado con normalidad en la avenida Juan Carlos I de Murcia, y sin signos de haber sido forzado.
La familia informó entonces que el vehículo había sido captado por las cámaras de vigilancia situadas en los alrededores del lugar en el que abandonaron el vehículo, y estas grabaciones estarían siendo analizadas por la Policía Nacional.
Como último recurso, la familia organizó la semana pasada una pegada de carteles, en la que participaron voluntarios y amigos de los desaparecidos.