Estados Unidos pincha cada mes 500 millones de llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos en Alemania, y sus servicios de Inteligencia han clasificado a su mayor aliado del continente europeo al mismo nivel que China, según documentos confidenciales recogidos por el magacín alemán 'Der Spiegel'.
Un documento interno de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EEUU ha llegado a las manos del magacín como parte de las filtraciones divulgadas por el ex trabajador de la agencia, Edward Snowden. En el texto, se da a conocer la importancia que Estados Unidos concede a la vigilancia secreta de Alemania.
Así, el país europeo es considerado por EEUU como un socio "de tercera clase", lo que significa que el énfasis en la vigilancia no solo es superior al de cualquier otro país de la UE, sino equiparable a China, Irak y Arabia Saudí.
"Podemos atacar las señales de la mayoría de socios extranjeros de tercera clase, y es lo que estamos haciendo", indica el documento de la NSA, que demuestra que la agencia estadounidense pinchó chats, llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos. Los datos de las comunicaciones, no el contenido, fueron almacenados en los servidores de la agencia.
En un día normal, la NSA interceptaba hasta 20 millones de conexiones telefónicas y 10 millones de paquetes de datos. En días especialmente atareados, la cifra de conexiones telefónicas vigiladas ascendía a los 60 millones.
Los documentos recogidos por 'Der Spiegel' revelaron además que las agencias de espionaje de Estados Unidos han espiado en despachos y sedes de la UE y se han introducido en los sistemas informáticos de la organización. Con estos medios los espías estadounidenses han tenido acceso a documentos secretos y han leído correos electrónicos confidenciales.
La revista cita un documento de septiembre de 2010 de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) que habría sustraído el extrabajador de la NSA y ahora filtrador Edward Snowden y al que los periodistas habrían tenido acceso parcial.
El documento explica cómo la NSA colocaba escuchas y espiaba las redes informáticas en Washington y la sede de la ONU en Nueva York, no sólo escuchando conversaciones y llamadas telefónicas sino también accediendo a documentos y correos electrónicos confidenciales. En el documento se cita a la UE como "objetivo".