Según Morales, este funcionario estadounidense de origen mexicano “era el contacto permanente con grupos opositores durante toda la etapa de conspiración”, en alusión directa al llamado “golpe de estado cívico-prefectural” que, según el Gobierno boliviano, intentó la oposición el año pasado.
“Era la persona de la embajada de Estados Unidos que se contactaba con algunos ex policías que operaban en el Centro de Operaciones Especiales (de la Policía boliviana) y hoy día decidí declararlo persona non grata”, dijo Morales en un discurso en el Palacio de Gobierno de La Paz.