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Jaén

Aguas libres sobre prisiones de cristal

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El asomo de la lluvia en el crepúsculo otoñal nos reafirma –sin mucha convicción, eso sí- en que no hay mal capitalista que cien años dure ni clase asalariada –paulatinamente  más empobrecida- que lo resista. En el último trimestre del año y en el primero del venidero se contendrá la caída y, a partir de ahí –abril, aguas mil-, una tímida recuperación –impredecible en su extensión y dimensión- dará paso a un tiempo nuevo –plagado de enmiendas y raspaduras con respecto al contrato social que nos dimos en sana lid durante la Transición- donde cualquier parecido con 2008 será mera coincidencia. La muerte y sus fronteras, la ínfima esperanza y sus peajes, a decir de gurús económicos del más diverso pelaje. El inicio de la recuperación requerirá de mayores sacrificios… El keynesianismo anda a la deriva, cautivo y desarmado, desnortado e implorante, pidiendo perdón por respirar, mientras el monetarismo salvaje reestablece sus reglas a sangre y fuego.  Muera la muerte.


El Alcalde, Fernández de Moya, se empecina en “sostenella y no enmendalla” en el caso de la dependencia. Erre que erre. La fiscalía y los defensores del pueblo español y andaluz están advertidos. ¿Quién le pone el cascabel al gato? La Junta de Andalucía tiene la obligación de pagar la deuda que mantiene con el Consistorio cuanto antes. El Ayuntamiento, en tanto en cuanto, se desentendía formalmente en vísperas del puente de la Constitución-Inmaculada de la prestación del servicio. Al empresario Cabrera Daoiz, especializado en demoliciones, que asumió la gestión de la dependencia porque se lo rogaron sus amigos del Partido Popular gobernante, se le queda cara de circunstancias. El área municipal de Asuntos Sociales cifra la deuda en 800.000 euros al tiempo que la consejera autonómica del ramo, Sánchez Rubio, la sitúa en poco más de la mitad. Cuestión de actualizar o no los balances. El presidente de la Diputación y jefe de filas del PSOE provincial, Francisco Reyes, anunciaba que la institución provincial podría asumir excepcionalmente la ayuda a la dependencia en la ciudad de Jaén, aunque –enmarañados en el mismo contexto- la portavoz del PP en la corporación provincial, Mar Dávila, recordase que la deuda de la Junta con Diputación en Dependencia y Ayuda a Domicilio a finales de agosto superaba los 14 millones de euros: dato verídico pero no actualizado a cierre de noviembre, como se encargó de subrayar el propio Reyes de inmediato.


Una guerra sin cuartel a resultas de la deuda de la Junta con el Ayuntamiento, con más de 400 dependientes y 200 cuidadoras de la capital atrapados en este odioso pim, pam, pum político. Paradójicamente, en Ubeda, en otra administración local gobernada por el PP, el regidor Robles se vanagloria en las últimas horas de consumar  una compensación a tres bandas de deuda en materia de Servicios Sociales de la Junta por deuda acumulada del Consistorio con la Seguridad Social. Todo ello, por descontado, con el visto bueno del Ministerio de Hacienda. Haría bien José Enrique, pues, en emular fórmulas que contribuyan a zanjar conflictos. Seguramente para ello, digo yo, no haga falta que Cristóbal Montoro se le ponga personalmente al teléfono.


Desde luego, en cualesquiera de los casos, de las penurias, de los sinsabores, de las urgencias, De Moya viene comprobando cuán presto está al quite Paco Reyes de lo que sucede en la ciudad de Jaén. Asumir la ayuda a domicilio por un tiempo o encender el alumbrado navideño del Palacio de San Francisco cuando el Ayuntamiento aún racaneaba/especulaba con la fecha más apropiada, más cercana a las fiestas propiamente dichas, para activar el conjunto de la iluminación extraordinaria. En tal tris no bromeo si parafraseo el título de la comedia “El mejor Alcalde, el Rey” de Lope de Vega, para introducir una variable valorable en el folletín por entregas que será la concreción de la identidad del alcaldable del PSOE. Ponga lo que ponga en su dni, el candidato socialista a la Alcaldía de Jaén será Reyes. Antes, no mañana, no este martes, tendrá que culminarse el proceso de renovación de personas en la estructura periférica de la Junta. El martes pasado, en parte influido por el entierro el lunes de la madre de la consejera Víboras, no se materializó el relevo en Agricultura. La delegada Irene Sabalete cedería el testigo a Julio Millán o Rafael Valdivielso. Uno es producto cien por cien de Reyes y el otro –en teoría- lo comporte al cincuenta por ciento con su antiguo mentor, Zarrías. Y no es cuestión de que la sangre llegue al río ni de echar mano de Edipo y sus complejos. Tiempo al tiempo.

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