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Sevilla

El Barça vive el peligro de jugar al ralentí

Anotó Messi dos goles, uno de ellos de penalti, pero el argentino no estuvo nada lucido

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Con poco fútbol, la cabeza puesta en otro sitio y mucha espesura, el Barcelona solventó con mucho sufrimiento su partido ante el colista, el Betis, que dominó durante buena parte de la segunda mitad, pero cayó por 3-1, un resultado excesivo para los méritos de los azulgranas.

Anotó Messi dos goles, uno de ellos de penalti, pero el argentino no estuvo nada lucido. El protagonista negativo fue Jorge Figueras, que cometió penalti sobre Alexis y después se marcó un gol en propia puerta.

Al Barça se le vio con ganas de que acabara el partido antes de empezar y cumplió el trámite de sumar y seguir a la estela del Atlético de Madrid.

Jugó poco, no dio nunca la sensación de tener controlada la situación y sufrió en exceso ante los béticos, que cuando creyeron en que podían sumar algún punto, pusieron en muchos apuros a los locales.

La explosividad de Alexis, la clase de Busquets y un penalti transformado por Leo Messi. Eso fue el Barça en la primera mitad, en un partido de ida y vuelta, jugado al ralentí y en el que el equipo del 'Tata' Martino parecía tener la cabeza en otro sitio, a 600 kilómetros al suroeste y en el partido del próximo miércoles en el Calderón frente al Atlético de Madrid.

Fue Alexis el que revolucionó el partido por la derecha. Antes del cuarto de hora protagonizó una jugada de esas que pueden resultar geniales o ridículas. Se regateó a cuatro rivales y hasta su sombra y en esas Jordi Figueras no acertó a despejar y derribó al chileno.

En un partido de ida y vuelta, pero con el freno de mano puesto, los del Tata Martino dominaron sin forzar la situación. Se sustentaron en el equilibrio de un soberbio Busquets, que volvió ser el escudero perfecto para Xavi e Iniesta y el salvavidas para Bartra y Mascherano, que repitieron como centrales.

Poco a poco, el Betis fue creyendo en la posibilidad de sorprender a los azulgranas, que después del 1-0 pareció que ya tenían todo el trabajo hecho. Un tímido remate de Cedrick fue el primer aviso (m.19), aunque más cerca del gol estuvo el Barça en un pase de la muerte de Adriano que no encontró rematador.

Que el ritmo del partido no era del Barça se demostró en el hecho objetivo de que Busquets fue el más coreado por la grada y que los azulgranas no estaban finos se constata en otro dato: entre el minuto 15 y el 40, no remataron a puerta.

Cuando lo hizo Messi, el balón pasó cerca del palo derecho de la meta de Adán. En el segundo tiempo, el Betis dio un paso hacia adelante.

El partido seguía sin dueño. Xavi, en un lanzamiento de falta al travesaño, avisó (m.51), pero Calderón olió la sangre e hizo un doble cambio y puso en juego a su mejor pareja de delanteros (Molina y Rubén Castro), que había dejado de inicio en el banquillo.

N'Diaye cercó la meta de Pinto con un remate que salió fuera por poco y en la siguiente acción; se escenificó la mala suerte bética. El 2-0 llegó después de un gol en propia puerta de Jorge Figueras (m.67).

Dos minutos más tarde, Rubén Castro aprovechó un desbarajuste defensivo de los azulgranas para descontar (2-1) y el murmullo del Camp Nou fue en aumento.

Sin fútbol, el Barça cruzó los dedos cuando N'Diaye no concretó en el minuto 84 y dentro del área pequeña el que pudo ser el 2-2. Curiosamente, en la siguiente jugada Neymar, que había salido unos minutos antes, forzó un nuevo penalti. Su centro dio en una mano de Juanfran, la pena máxima la tiro Messi, falló, pero remachó el despeje de Adán (3-1, m.85).

La victoria fue la única noticia positiva para el equipo catalán. Un triunfo para seguir a rueda del Atlético de Madrid, su próximo rival en Europa, en el partido que puede marcar la temporada para el Barça del 'Tata'.

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