Lo último en investigación nutricional, es un estudio realizado por la universidad de Murcia y publicado en la revista 'International Journal of Obesity', sobre el momento del día en que nos alimentamos.
Según los resultados, la hora de la comida se ha revelado como un factor orgánico muy importante, el estudio también examina otros factores que desempeñan un papel crítico para reducir peso, tales como la ingesta de energía, las hormonas del apetito o la duración del sueño.
En la investigación se contó con una muestra de más de 400 participantes con sobrepeso que siguieron durante 20 semanas un tratamiento para perder peso, basado en la dieta mediterránea. Se ha podido comprobar que las personas que comían antes de las quince horas tenían más probabilidades de adelgazar que quienes lo hacían más tarde.
Los investigadores para realizar el estudio hicieron dos grupos de alimentación al mediodía, puesto que en esta comida generalmente se ingiere en torno al 40-50% del total de calorías diarias. En uno seleccionaron a los que comían entre las doce y las quince horas y en el otro a los comedores tardíos.
La conclusión general es la de que se deben adelantar los horarios, fijándolos el desayuno entre las 07 y las 07:30 horas, la comida principal en torno a las 12-12:30 horas, y la cena entre las 18 y las 18:30 horas. Sin embargo, estas conclusiones no son pacíficas puesto que hay nutricionistas que no son partidarios de un horario fijo para adelgazar, siempre con la salvedad de que la distribución de las comidas durante el día, no exceda de más de cinco horas entre ellas. Existen otro tipo de dietas que no tienen en cuenta los horarios, sino otras cuestiones como por ejemplo la dieta del bocadillo.