La Comisión de Apelación de la FIFA ha rechazado las apelaciones presentadas por Luis Suárez y la Asociación Uruguaya de Fútbol y ha confirmado "en su totalidad" la decisión adoptada por la Comisión Disciplinaria, por lo que el delantero uruguayo no podrá jugar hasta finales de octubre.
Sin embargo, la FIFA ha aclarado a través de un comunicado que esta sanción "no es todavía final y vinculante", ya que tanto el jugador como la Asociación Uruguaya de Fútbol aún pueden recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), con sede en Lausana (Suiza), la última instancia jurídica posible.
Suárez, sancionado por morder en el hombro al defensor italiano Giorgio Chiellini durante el Mundial, fue suspendido con nueve partidos con Uruguay, 100.000 francos suizos (82.000 euros) y cuatro meses de inhabilitación para "cualquier actividad relacionada con el fútbol" que empezaron a contar el 25 de junio, día en el que se anunció la resolución.
Según denunció Chiellini tras el Uruguay-Italia, Suárez le mordió en el hombro izquierdo durante un lance del partido cuando restaban diez minutos para el final, una acción que fue captada por las imágenes de la televisión. Pese a que el italiano enseñó el mordisco al colegiado mexicano Marco Rodríguez, éste dejó la acción sin castigar.
La FIFA anunció entonces la apertura de un procedimiento disciplinario que culminó con la sanción que impidió al atacante competir durante el resto del Mundial. Posteriormente, Luis Suárez pidió perdón por su acción e incluso Chiellini denunció que la sanción era "excesiva", pero la Comisión de Apelación no lo ha tenido en cuenta.
El ariete del Liverpool ya fue sancionado con diez partidos tras morder en el brazo al jugador del Chelsea Branislav Ivanovic en un partido de la Premier League de hace dos temporadas. Anteriormente, cuando militaba en el Ajax en 2010, Suárez ya había recibido un castigo de siete partidos por morder al jugador del PSV Otman Bakkal.