Las goteras en el Santuario-Camarín de Nuestro Padre Jesús son una constante cada invierno desde la inauguración del edificio y el traslado de las imágenes, en noviembre de 2009. Después de cinco años, el agua recala y llena los recipientes colocados estratégicamente para que el suelo no se moje y los plásticos cubren el mobiliario para evitar daños.
El hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, Francisco Manuel Gutiérrez, pide soluciones al Ayuntamiento, que es el propietario del edificio, para que actúe en consecuencia. Y es que según Gutiérrez, el informe arquitectónico que encargaron hace un año revela que “las goteras son consecuencia de un problema de construcción del edificio”.
Gutiérrez señala a la parte del tejado nuevo, a la parte nueva de la obra del Santuario-Camarín, como la más perjudicada. “Una de las soluciones pasa por la reconstrucción del tejado, convirtiendo medio tejado en nuevo”, dice el hermano mayor.
Tras cinco años, siguen pidiendo responsabilidad al Ayuntamiento, al que desde la Cofradía exigen que obligue a la empresa constructora a que repare el daño, denunciando que “toda obra nueva tiene que tener un seguro decenal”.
Y es que, ante las inclemencias meteorológicas de ayer, volvieron a tener que montar los plásticos y poner cubos para que las goteras no dañaran nada. “Estamos pendientes de la previsión del tiempo para que no surjan daños por las goteras, porque con la lluvia siempre vuelven a aparecer”, dice.
Desde el Ayuntamiento, el edil de Urbanismo, Javier Márquez, ha reconocido que en breve acudirá un técnico para valorar los daños y poder actuar. “A finales de diciembre nos confirmó el alcalde que enviaría un técnico, pero aún no ha acudido a ver las goteras”, lamenta el hermano mayor, que asegura que no pueden hacer más que esperar la actuación del Ayuntamiento.
