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Arcos

“Han intentado silenciarnos, ningunearnos, menospreciarnos”

La primera experiencia política de Antonio Ortiz le llegó hace cuatro años con la fundación de su partido que bautizó con el nombre de Ven-T con Arcos, con lo cual quiso imprimir a su proyecto un carácter de cercanía con los ciudadanos

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Teniendo en cuenta su corta trayectoria y el poco tiempo material para fortalecer su proyecto, el candidato de Ven-T con Arcos, Antonio Ortiz, logró un concejal en el Ayuntamiento en las elecciones de 2011, siendo una de las sorpresas del año.  Su posición, no obstante, no ha sido fácil, pues ha tenido en frente un Gobierno de 14 concejales y un primer grupo en la oposición formado por seis ediles. En un momento donde la crisis había alcanzado su punto más dramático, Ortiz mostró una serie de proyectos empresariales que formaron parte de su programa electoral, vinculados a las actividades turística, sanitaria, agroalimentaria…, pero sobre todo a la creación de empleo.

¿Cuál es su análisis de cuatro años de vida de Ven-T con Arcos? ¿Ha cubierto las expectativas partiendo de la situación de las elecciones de 2011?
—Han sido años difíciles.  El matrimonio de conveniencia formado por la coalición de gobierno ha impuesto su rodillo de forma implacable.  Han menospreciado cualquier iniciativa propuesta por nuestra plataforma.  Han intentado silenciarnos, ningunearnos, menospreciar nuestra actividad, insultarnos en los plenos. Pero la experiencia ha merecido la pena.  Sobre todo he aprendido lo que no hay que hacer. 


Orgánicamente, ¿ha crecido Ven-T estos años con la incorporación de nuevos valores humanos o su proyecto ha sido seguido intacto con el grupo que inicialmente le arropó en su candidatura?
—Durante estos años hemos crecido cuantitativa y cualitativamente. Hemos sido capaces de crear un grupo de trabajo en el que nadie viene de la política pero unidos todos por una misma ambición, un objetivo común que es la de mejorar la realidad de Arcos.  Son profesionales de distintos sectores que conocen la problemática de nuestro municipio, cada uno está trabajando en iniciativas realistas hechas desde el rigor y la profesionalidad para levantar el estado de sopor y conformismo en el que los últimos gobiernos municipales han sumido nuestro pueblo.  Somos gente inquieta que no estamos conformes con la gestión que se está haciendo y que estamos convencidos de que Arcos tiene futuro.  Los arcenses están viviendo los peores momentos de los últimos tiempos. 


¿Cree que esa minoría en el Pleno durante el mandato que expira no le ha dado la voz que usted demandaba o diría que ha dejado su huella en determinados temas?
—Nuestra presencia en los plenos, en la calle, ha influido. Hemos dicho cosas muy fuertes que han hecho pensar al equipo de gobierno y al ciudadano. Elevar la conciencia de los ciudadanos, informar sin tapujos y sin miedo ha hecho reflexionar y recapacitar a muchos ciudadanos. La ventaja es que podemos decir la verdad sin tapujos porque no tenemos nada que ocultar en política.


Si tuviera que hacer una comparativa entre el Arcos que se encontró hace cuatro años y el de ahora, ¿qué diría?
—Nos encontramos con una situación muy mala y hemos ido a peor. Se vive el día a día.  Toda la gestión ha sido muy precaria.  Los temas de enchufismo de familiares directos de alcalde y concejales, que han acabado en los juzgados,  son un ejemplo del talante de esta corporación.  Se está dando una imagen horrorosa de nuestro pueblo. Se ha privatizado el servicio de agua que se ha encarecido el precio, con el truco de reducir los tramos, pero la calidad del agua es muy mala. Se paga por la depuración del agua, cuando no hay ni siquiera depuradora en muchos lugares de Arcos.  Se ha puesto una losa sobre todos los arcenses que durante 23 años no podrán controlar un servicio tan básico como el agua y aunque ahora se está conteniendo el precio del recibo, no es difícil imaginar que estando en manos privadas, quieran aprovechar el negocio, y pase como con la luz. Aqualia no es conocida en otras provincias por sus buenas prácticas. Esta empresa ya acumula una serie de irregularidades con sentencias condenatorias por parte del Tribunal Supremo y con importantes conflictos en muchos de aquellos municipios donde presta este servicio. Arcos tiene una de las tasas de paro más altas de España.  Hemos pasado de 4.500 parados a 7.000 si contamos las personas en formación y petos amarillos. Por hacer una comparativa con pueblos colindantes Bornos tiene el 18 por ciento y Espera el 20 por ciento.  Sigue siendo una cifra de paro alta; pero Arcos, capital de los pueblos blancos, con su potencial turístico y con un sector agrícola y ganadero próspero no debe estar donde está.  Es urgente resetear estos dos sectores.  Hacen falta industrias de transformación agrícola e incentivar el turismo, que es la principal fuente de ingresos de nuestro país.  Necesitamos un centro de interpretación para toda la comarca y fomentar el turismo de larga duración, tanto para mayores y jubilados como para jóvenes estudiantes que vengan a aprender nuestra lengua y disfrutar de nuestra gastronomía, nuestro folklore y las excelencias de nuestra comarca.  Esta corporación sólo se ha dejado llevar por la inercia. No ha puesto en marcha ninguna iniciativa para crear empleo estable en nuestra zona, infravalorando el potencial de posibilidades que tiene nuestro pueblo. Sólo se crea empleo precario que sale más caro y que nada soluciona y eso será hasta las elecciones. Después los chalecos desaparecen y con ellos las peonadas por que las arcas municipales están exhaustas y ni el Ayuntamiento, ni la Diputación, ni la Junta de Andalucía han invertido un euro en la estabilidad laborar del municipio.  Es una forma de comprar votos sin ninguna intención de pensar en el futuro laboral de los ciudadanos.


Particularmente, ha mostrado su preocupación en más de una ocasión por la gestión económica, pues de ella depende la plasmación de los proyectos y la cobertura de las necesidades ciudadanas. ¿Se han gestionado bien los fondos públicos? ¿Ha ido a parar el dinero donde debía?
—Como dije antes, los vicios de la vieja política han sido la tónica dominante en esta legislatura. Me explico: se gobierna a corto plazo, sin ninguna visión de futuro. ¿Por qué?  Pues, porque tienen la vista puesta en las próximas elecciones y se dedican a repartir la miseria en vez de apostar por iniciativas a largo plazo que den estabilidad al municipio.  La deuda en la actualidad es insoportable, insostenible, ¿sabe usted en cuanto la hemos incrementado en estos cuatro años? Más impuestos y menos servicios.  No se ha protegido al pequeño comercio que está viviendo sus peores momentos, la mayoría se han visto obligados a cerrar.  En cambio el Ayuntamiento no ha tenido ninguna sensibilidad con este sector que ya sufre una gran presión fiscal por parte de las administraciones. Los fondos estructurales de la Comunidad tampoco han sido administrados de forma transparente.


¿Cree que el Ayuntamiento ha obrado con justicia en el grave problema del desempleo y lo que ello ha provocado en las familias? En otros términos, ¿se protege socialmente a los ciudadanos en estos años de crisis?
—No.  En este sentido sólo se ha hecho una política de parcheo para crear clientelismo.  Esa es la vieja política. Algunas familias malviven con las peonadas municipales; pero ni esto se hace bien. No hay una bolsa de trabajo que garantice la igualdad de oportunidades para todos. Las contrataciones se hacen a dedo, lo cual es, cuando menos sospechoso. Tengo que volver a hablar del enchufismo. La ley es muy clara en cuanto a los principios de igualdad, mérito y capacidad. Esto aquí no se cumple. Mucha gente tiene miedo a opinar por temor a ser señalado y no tener acceso a las migajas que se reparten desde el Ayuntamiento.  Es una política nefasta, injusta y caciquil. 


Ahora,  en este periodo preelectoral, ¿cuál va a ser el mensaje de Ven-T con el que dirigirse a los ciudadanos, tan cansados de la política y de los políticos en general?
—El mismo que hace cuatro años. Esto es una carrera de fondo para la que llevamos cuatro años preparándonos sin dejar de trabajar cada día. Presentar de nuevo el proyecto global de saneamiento y desarrollo económico serio y viable que presentamos hace cuatro años. Crear empleo digno y estable, el principal problema de Arcos. Priorizar con sentido común en los gastos. Ser personas antes que políticos. Dejar aparcada la vieja política.


Respecto a sus contrincantes electorales, ¿qué opina de la participación de al menos siete candidaturas?
—No tenemos ni contrincantes, ni enemigos.


Usted que ha viajado y viaja mucho por Europa, ¿qué percibe de los nuestros vecinos comunitarios a la hora de hablar de España?
—Aunque siempre se manejan muchos tópicos sobre España; lo cierto es que muchos europeos nos ven como un país con futuro.  Tenemos lo más importante, el clima y un potencial humano muy capaz.  Nuestros profesionales ocupan puestos destacados en muchos países del mundo.  Ahora mismo, la peor imagen que se tiene de España es el de la corrupción política.  Los niveles de corrupción en nuestro país son incomprensibles en el mundo anglosajón, por ejemplo. El problema no es la corrupción en sí que es consustancial con la condición humana; el problema es la falta de control para que esto no ocurra.  En una palabra, el problema es la impunidad que se percibe. España recibe más de 60 millones de extranjeros al año.  Por algo será.  Lo importante para nosotros es que una parte de ese turismo también venga aquí. Apostar por un turismo de calidad, romper con la estacionalidad.


¿Comparte usted, al menos parcialmente, las previsiones de crecimiento económico de España?
—Como dicen la mayoría de los economistas imparciales, el crecimiento de nuestra macroeconomía es real, entre otras cosas por una serie de factores externos que son favorables.  Otra cosa es que esa expansión se transmita a los ciudadanos.  Eso aún no se está consiguiendo. Seguimos teniendo la tasa más alta de desempleo, después de Grecia; el paro juvenil ronda el 50por ciento; nuestros profesionales mejor formados tienen que emigrar;  nuestra sanidad pública, una de las mejores del mundo, se está degradando día a día; los desahucio, motivados por el paro, están causando un dolor inmenso en los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Hasta que esta situación no se revierta, sería muy atrevido por mi parte hablar de mejoría.  Pero tenemos que empezar por mejorar lo que tenemos más cerca, que es nuestro pueblo, y esa va a ser nuestra lucha.  Con una gestión ética que anteponga los intereses de los ciudadanos por encima de todos los demás.  Queremos llevar el humanismo a la política.


Por último, háblenos de su nuevo libro, ‘Diario de un concejal’, y de su proyecto Galería Corredera 67.
—Este libro es para seguir ayudando a las familias necesitadas, informar de lo que ha ocurrido con la gestión en el Ayuntamiento, resumen de artículos publicados durante estos años donde hemos venido avisando de lo que nos caía encima. Galería Corredera 67 es un instrumento para divulgar proyectos para Arcos, para realizar actividades culturales y está abierto a todos los ciudadanos que muestren interés por el futuro de Arcos.

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