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Pakistán continúa las ejecuciones tras la suspensión total de moratoria

Ambos estaban condenados por asesinato y actividades terroristas, indicó el funcionario al señalar que Akhtar estaba sentenciado desde 1999 y Sajid Ali desde 2001

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Pakistán ahorcó hoy a dos condenados por terrorismo, solo un día después de la ejecución de otro reo, lo que eleva a 27 el número de presos ajusticiados desde que se levantó en diciembre parcialmente la moratoria a la pena de muerte en actos terroristas y a tres desde que el martes la anuló por completo.

Mohammad Akmal, funcionario de la prisión central de Faisalbad, en el este, indicó a Efe que "dos criminales, Sajid Ali también conocido como Taru y Mohammad Akhtar fueron colgados en la mañana de hoy".

Ambos estaban condenados por asesinato y actividades terroristas, indicó el funcionario al señalar que Akhtar estaba sentenciado desde 1999 y Sajid Ali desde 2001.

Akhtar fue ejecutado por intentar violar a una mujer y matar a su suegro en 1999, mientras que el otro prisionero ahorcado, Sajid, recibió la pena máxima por asesinar a una mujer en 2000 y herir a su marido, según el diario local Dawn.

Estos dos ajusticiamientos se producen apenas 24 horas después de que Muhammad Siddique fuera ejecutado tras haber sido condenado por matar en 2004, en el teatro donde trabajaba como guardia de seguridad, a tres espectadores que "se reían a carcajadas".

Pakistán había impuesto una moratoria sobre la pena capital en 2008.

Sin embargo, en diciembre tras el ataque talibán a una escuela en la que murieron 148 personas -132 de ellos niños- levantó parcialmente esa moratoria y desde entonces ha ejecutado a 27 condenados por terrorismo.

El pasado martes el Gobierno decidió levantar completamente la moratoria y volver a aplicar la pena capital a todo tipo de reos.

Organizaciones defensoras de derechos humanos como Amnistía Internacional o Human Rights Watch (HRW) calculan que unas 8.000 personas están en el corredor de la muerte en cárceles paquistaníes por alguno de los 28 crímenes que contempla la pena capital, entre ellos asesinato, violación o blasfemia.

"El Gobierno (de Pakistán) debería tratar la pena de muerte como lo que es: una condena cruel e irrevocable más que una solución a los complejos problemas de crimen y seguridad" que padece el país, ha dicho HRW en Asia.

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