La denominada operación 'Zorrito', desarrollada de manera conjunta por la Guardia Civil y la Policía Nacional, ha permitido la desarticulación de una presunta organización criminal dedicada al transporte y posterior distribución de cocaína y polen de hachís.
Según informa la Guardia Civil en un comunicado, los detenidos supuestamente componían un entramado en el que se abastecían unos a otros de sustancias estupefacientes que distribuían por toda España y empleaban incluso a sicarios para que los ahora detenidos respondieran de las cantidades de droga que se les confiaban.
Uno de los presuntos miembros de este grupo se encuentra actualmente en prisión detenido por la Guardia Civil en el marco de la operación 'Tobera', donde supuestamente secuestraron y asesinaron a un vecino de Cuartillos como represalia por la desaparición de dos fardos de hachís.
Los agentes iniciaron sus investigaciones tras tener conocimiento de la existencia de una red de narcotraficantes que estaría abasteciendo de cocaína los puntos de venta de drogas en la zona de la sierra de Cádiz y comarca de Jerez, donde tras las primeras investigaciones realizadas se puso de manifiesto que se estarían financiado a través del transporte de hachís de muy alta calidad hasta zonas tan distantes como Galicia, Madrid o Toledo.
En el transcurso de sus investigaciones, los agentes desvelaron la existencia de una serie de personas que utilizaban a un grupo de jóvenes de la zona de la sierra gaditana con cierto grado de organización para llevar a cabo los transportes de la droga al centro y norte de España, cambiando continuamente a quienes funcionaban como mulas, mientras miembros de la organización con más experiencia vigilaban y daban seguridad a estos transportes y ocultaban y preparaban la droga.
De esta forma, los agentes realizaron una primera incautación de 8,5 kilos de hachís que los investigados pretendían llevar hasta la localidad serrana de Arcos de la Frontera, por lo que fueron detenidos tras intentar escapar de un control de la Guardia Civil.
Tras identificar a los presuntos miembros de este grupo y el papel que cada uno desempeñaba en la organización, los agentes siguieron a los investigados hasta una localidad toledana donde extorsionaron y amenazan a un vecino para que, mediante la entrega de un turismo, hiciera frente a la deuda que su propio hijo había contraído con la organización por la pérdida de los 8,5 kilos de hachís, bajo las amenazas de hacerlo desparecer si no accedía a lo solicitado.
Una vez que se fue a detener el turismo para la identificación de los ocupantes, estos emprendieron la huida poniendo en peligro a los demás usuarios de la vía hasta que se consiguió su interceptación. Tras la detención, los agentes comprobaron que uno de los ocupantes del turismo era una persona que tenía en vigor una requisitoria de búsqueda y detención, "conocido delincuente de la zona dedicado al cobro de deudas de droga, extremadamente violento, con numerosos antecedentes".
Posteriormente, y en el transcurso de las investigaciones, los agentes supieron que se iban a desplazar a un barrio marginal de la capital sevillana para abastecerse de cocaína, por lo que iniciaron un seguimiento hasta esa capital y a su regreso, que realizaron extremando las medidas de seguridad, fue interceptado y le intervinieron 160 gramos de cocaína de gran pureza. Los dos ocupantes del turismo en el que se transportaba la droga fueron detenidos.
Una vez más y tras esta pérdida de estupefacientes, la organización, proporcionó a varios jóvenes del grupo tres kilos de polen de hachís distribuidos en forma de bellotas para que lo llevaran y vendieran en Madrid, aprovechando para ello los contactos que una de las investigadas tenía en el mundo de la noche de la capital madrileña.
Los agentes tenían conocimiento de que venden parte de la droga, pero en un momento dado y ante el temor de ser detenidos, dejaron una maleta cerrada con parte de la droga en el establecimiento en el que se hospedaban, por lo que esta sustancia fue incautada por los investigadores, tratándose de 1.100 gramos de polen. Aquí, según los agentes, se vuelve a hacer patente el uso de la coacción, el miedo e incluso la violencia que nuevamente vuelven a emplear para que se realice el pago de la droga perdida.
De la misma forma se realizaron diversos viajes a la comunidad gallega para subir hachís y traer de vuelta cocaína. Emplean a un vecino de Alcalá del Valle (Cádiz) conocedor de la zona por haber residido allí.
Estas actividades fueron controladas por los agentes y así conocieron la estructura y roles desempeñados por los miembros de la organización.
DOS KILOS DE COCAÍNA DE GRAN PUREZA
Toda esta información permitió a los agentes tener conocimiento de que varios miembros de la organización se desplazarían a Dos Hermanas (Sevilla) para recoger dos kilos de cocaína de gran pureza, extremando las medidas de seguridad. A pesar de esto, a la vuelta se procedió a la interceptación del vehículo que traía la droga deteniendo en la AP-4, a la altura de Jerez, a los dos ocupantes del turismo que traía la droga.
Los investigadores conocieron que la organización esperaba un envío procedente de Cuba y que sería trasladado a Sevilla tras hacer escala en Madrid, por lo que organizaron un dispositivo que llevó a la detención de los presuntos organizadores del envío y a la incautación de los 20 kilos de cocaína líquida que se camuflaba en el interior de latas de zumos tropicales, destacando en el planeamiento de todo ello un ciudadano cubano afincado en nuestro país y con numerosos antecedentes por hechos similares.
Tras esta última incautación, fueron detenidos los demás vinculados con esta organización, que aún se encontraban en libertad, llegando a completar un total de 15 detenidos y los dos imputados, que están los dos en prisión por su supuesta participación en la operación 'Tobera'.