Más claro, el agua. La Europa League es la competición del Sevilla. Punto y aparte. Ese es el camino escrito y cumplido una vez más.
Con la misión de afrontar el duro reto de ganar a un superequipo como el italiano, el Sevilla, con opciones válidas en el ataque pero sin la eficiencia de otros años en defensa como viene siendo habitual en esta temporada en el conjunto rojiblanco, las dos caras de la moneda salieron a relucir desde el minuto uno.
La ‘Juve’, sabedora de que necesitaba puntuar para poder ser primero de grupo, saltó al campo a intentar solventar en la primera mitad el encuentro; eso sí, con demasiados errores en el remate y sin la puntería de la que hizo gala en el duelo de ida.
El empaque de Pogba en la medular y las acometidas de un participativo Dybala, generaron diferentes oportunidades de gol pero sin la ejecución efectiva de Morata ante la portería defendida por un acertadísimo Sergio Rico que hasta en tres ocasiones salvó al cuadro nervionense de encajar un gol.
No obstante, Buffon no estuvo exento de trabajo. La doble intervención ante el cabezazo de Fernando Llorente a la media hora de juego, provocó la intervención del meta visitante.
Pero quien tuvo la posibilidad de marcar más cerca fue el delantero exmadridista de la Juventus, que a puerta vacía falló cuando tenía todo a favor para adelantar a los de Allegri en el luminoso.
Ante la ausencia goleadora en los 45 minutos iniciales, el cero a cero al descanso campeó al descanso.
Sin embargo, una primera parte irregular dio paso a un emocionante segundo periodo que no sólo se vivió en Nervión, sino también en Inglaterra, donde las malas noticias y las buenas se intercalaban; aunque el final, no pudo ser más feliz para el sevillismo.
Y es que la fe del Sevilla es inagotable aun partiendo con inferioridad sobre el papel y la de Llorente en el día de ayer más si cabe, pues su testarazo en el minuto 65 al primer palo ponía por delante en el partido al bloque de Emery y a un gol en Manchester de colocarse tercero y tener el pase para disputar la UEFA Europa League.
Fue entonces cuando el genio de la lámpara del fútbol concedió hasta tres deseos en forma de goles; pues el City asedió y no perdonó a los alemanes. Eso sí, el héroe en los últimos compases del envite fue Rico, cuyas paradas, resultaron decisivas para la victoria y la clasificación final.
