El Betis solventó casi dramáticamente, el duelo de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey en El Molinón con un empate a tres y gracias, pues la imagen bética no fue nada buena.
No se habían cumplido todavía los primeros 15 minutos, cuando un remate de cabeza de Bernardo tras un córner botado por Rachid, ponía por delante al conjunto asturiano y dejaba el cruce a sólo un gol de empatar la eliminatoria.
Pero la reacción verdiblanca llegó rápida y un certero pase de Van der Vaart, dejaba sólo ante la meta del Sporting a Ricky Van Wolfswinkel, que alojaba la pelota dentro.
El 1-1 se mantuvo hasta el descanso. Instante en el cual, Abelardo daba entrada a Halilovic, quien revolucionaría la segunda parte.
Suya fue la diana nada más comenzar el acto que volvía a adelantar al bloque local en el partido y suyo fue también el tanto de penalti después de que el colegiado señalara la pena máxima por manos de N’Diaye, que ponía a los gijoneses a un tanto del milagro.
Con el Betis contra las cuerdas; una vez más, tras estrellar en el poste una pelota que pudo haber significado el segundo en su cuenta personal con anterioridad, el testarazo de Van Wolfswinkel en área pequeña a centro de Varela desde la izquierda, finiquitaba todo tipo de posibilidad de remontada.
El tercero de los verdiblancos; obra de Cejudo, cerraba el encuentro y el pase a la siguiente ronda de Copa.
