Los romeros isleños han regresado esta tarde noche a San Fernando, después de una romería muy distinta, donde el camino de ida se ha caracterizado por las fuertes lluvias. Cuando eran las 19,45 horas, llegaba al recinto ferial de La Magdalena la caravana rociera. Allí quedaron las carriolas, se descargaron las casetas, los sacos de dormir, y hasta los paraguas, para emprender camino hacia la parroquia de la Sagrada Familia, donde llegó pasadas las 21,00 horas. Fue una llegada emocionante, agradecida por todos los presentes y en el que no faltaron los cantes de rocieros, en su mayoría miembros del coro Romeros de La Isla.
El Simpecado fue introducido en la iglesia, y allí tanto el párroco y arcipreste, Alfonso Gutiérrez Estudillo, como el hermano mayor, José Luis Cordero Baro, se dirigieron a los hermanos agradeciendo su participación y destacando el buen momento que vive la devoción rociera en San Fernando. De hecho, la hermandad isleña fue felicitada por su masiva participación en el rosario previo a la procesión, con más de 300 romeros.
Sones de pito y tamboril han anunciado el regreso de la carreta con el Simpecado, justo en el año en el que se cumplía una década de su nombramiento como hermandad filial y diez del primer camino del Simpecado de San Fernando a la aldea de El Rocío.
Lo mejor de todo es que pese a la dureza del camino de ida, la amplia participación ha llenado de satisfacción a los dirigentes de la hermandad. El camino de vuelta ha sido mucho mejor que el de ida, con un tiempo totalmente distinto.
Ahora, los rocieros soñarán con una nueva romería y trabajarán para que resulte mejor que la última. Para empezar, el próximo 11 de junio tendrán un culto mensual como acción de gracias por esta romería.