Brasil anunció hoy que se han invertido 64,5 millones de reales (unos 18,8 millones de dólares) en la red de salud de Río de Janeiro ante la llegada de cerca de 500.000 turistas extranjeros para los Juegos Olímpicos y restó importancia a la polémica sobre el riesgo de contagio del zika.
Esta millonaria inversión sirvió para comprar 146 nuevas ambulancias, disponer de 130 camas adicionales en las unidades federales de Río y contratar a 2.400 profesionales de la sanidad, informó el ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barros, ante la prensa internacional.
El ministro explicó que ya hay 3.000 profesionales combatiendo al Aedes aegypti (mosquito transmisor de los virus dengue, zika y chikunguña) en Río y 1.700 más capacitados para eventuales situaciones de "riesgos químicos y biológicos" durante Los Juegos Olímpicos.
Barros restó importancia a la polémica abierta sobre el riesgo de contagio del zika durante los Juegos y aseguró que las posibilidades de contraer la enfermedad "son mínimas" durante la competición deportiva y que Brasil ya está organizado para controlar los posibles casos de infección.
Basándose en unos estudios publicados recientemente por la Universidad de Cambridge, explicó que "la estimativa es menos de un caso entre 500.000 turistas" extranjeros, una cifra debida principalmente al descenso de la población de mosquitos previsto en el invierno austral y a las medidas tomadas por las autoridades brasileñas para eliminar al insecto.
Los casos de zika ya han caído un 87 % este año en el país, aseguró Barros, pasando de los 16.059 casos en febrero a los 2.053 en la primera semana de mayo.
En el estado de Río de Janeiro, el número de cuadros detectados pasó de 2.116 en febrero a 208 en la primera semana de mayo.
Para calmar los ánimos, Barros añadió que durante la Copa del Mundo de fútbol de 2014, que recibió 1,4 millones de extranjeros, solo se registraron tres casos de dengue, otra dolencia que en su momento preocupaba a la comunidad internacional.
En el caso de contagio de zika, el ministro aseguró que los infectados recibirán un "tratamiento patrón" a través de la "red reforzada" de salud y que, "así como los síntomas sean eliminados", podrán volver a sus países de origen sin "necesidad de aislamiento".
Barros insistió en que los cerca de 15.000 deportistas que participarán en los Juegos recibirán información sobre las enfermedades del país y repelente para prevenir picaduras de mosquito.
El ministro recordó también que avanzan las investigaciones para frenar la expansión del virus y que las autoridades sanitarias brasileñas estudian una vacuna contra el zika que podría comenzar a probarse el próximo noviembre.
