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Sevilla

Detenida por torturar y asesinar a un hombre en un ajuste de cuentas

La víctima fue hallada por los bomberos tras sofocar un incendio en un local abandonado en Las Candelarias

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  • El incendio del local -

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Sevilla a M. E. G. L, de 42 años de edad, como autora del asesinato de un hombre el pasado mes de septiembre por un ajuste de cuentas con motivo de un desacuerdo en la compra de sustancias estupefacientes que la víctima vendió a la mujer.

Ésta, al sentirse estafada, atrajo al hombre mediante engaño hasta un local abandonado donde lo ató de pies y manos en una silla para torturarlo hasta causarle la muerte, según un comunicado de la Policía Nacional. Después ocultó el cadáver en el mismo local varios días hasta que finalmente decidió prender fuego al recinto con la intención de eliminar las pruebas del crimen.

Además de la detención de la autora material de los hechos, la investigación permitió el arresto de R. C. R. J, de 32 años, un amigo de esta mujer, por encubrimiento dado que la mujer le confesó los hechos y no los puso en conocimiento de la Policía.

Torturó a su víctima hasta la muerte

La investigación se inició con motivo de una intervención previa de los bomberos que acudieron al barrio sevillano de Las Candelarias para extinguir un incendio que se había originado en un local abandonado habitualmente frecuentado por personas sin hogar y toxicómanos.

Tras sofocar las llamas, los bomberos descubrieron el cuerpo parcialmente calcinado de un hombre que se encontraba tumbado en el suelo con restos de mantas a su alrededor por lo que en un primer momento se barajó la posibilidad de que el incendio fuera fortuito y la víctima un indigente que se había quedado dormido.

Cuando los agentes se personaron en el lugar y analizaron la escena del crimen y el propio cadáver observaron cómo el mismo tenía abundantes marcas de heridas recientes en distintas partes de su cuerpo por lo que iniciaron una investigación para en primer lugar, identificar a la víctima; y posteriormente conocer las causas reales de su muerte.

El informe forense permitió la identificación de la víctima, un hombre de 54 años de edad, y determinó que la causa de la muerte fue por asfixia; si bien, instantes antes de morir este hombre podría haber sufrido torturas de lo que se deduce la aparición de las heridas que se encontraron en su cuerpo.

Además, los investigadores encontraron durante la inspección ocular varios instrumentos compatibles con las heridas que presentaba la víctima y que pudieron ser utilizadas por su torturador antes de provocarle la muerte tales como unas tijeras, una cizalla, un martillo, un cuchillo jamonero y unos alicates.

Un ajuste de cuentas por la venta de unas pastillas

Una vez conocidas las circunstancias de la muerte de este hombre, los agentes pusieron en marcha un dispositivo policial para la localización de posibles testigos que pudieran identificar a las personas que frecuentaron el local abandonado el día en que se produjo el incendio; y al mismo tiempo, elaborar una lista de personas que pudieran haber tenido algún desencuentro con la víctima.

De esta forma, los agentes recabaron la información de los testigos que señalaban a una mujer que días antes de que se produjeran los hechos mantuvo una disputa con la víctima como consecuencia de un trato de compra-venta de drogas que ambos habían tenido.

Tras identificar a la posible autora de los hechos, los agentes la localizaron y la trasladaron a dependencias policiales para tomarle declaración, momento en el que confesó los hechos y relató a los agentes cómo cometió el crimen.

Debido a que se sentía estafada por la víctima, la autora del crimen atrajo mediante engaño al hombre hasta el local abandonado donde, mediante la fuerza consiguió atarlo a silla para después torturarlo empleando algunas de las herramientas intervenidas en el local hasta que finalmente le causó la muerte asfixiándolo con varias prendas de ropa.

La mujer intentó ocultar el cadáver bajo unas mantas, pero a los pocos días, decidió prender fuego al local y de esta manera hacer desaparecer tanto el cuerpo de la víctima como las posibles pruebas que la pudieran incriminar.

Tras la toma de declaración, los agentes procedieron a la detención de esta mujer como autora de un delito de asesinato y otro de incendio; e igualmente, detuvieron a un amigo de esta por encubrimiento por no dar conocimiento del crimen a la Policía después de que aquella se lo confesara.

Ambos detenidos, que ya contaban con antecedentes policiales previos, ya fueron puestos a disposición de la autoridad judicial en el marco de una operación que ha llevado a cabo el Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.

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