El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Cádiz, Juan Manuel Pérez Dorao, ha manifestado que los presupuestos municipales de 2016 no se pueden prorrogar para el año 2017. Como causa, ha apuntado a la venta del hotel del Estadio Carranza, que "se venda o no, crearía un desequilibrio" en el caso de tener que prorrogarse las cuentas.
En una entrevista a Europa Press, Pérez Dorao ha explicado que si se vende el hotel antes del 31 de diciembre, al prorrogarse el presupuesto para 2017 "tendríamos unas cuentas a partir de enero que recogen diez millones más de gastos que de ingresos", ya que el total de gastos sería el mismo de 2016 pero el de ingresos sería de diez millones menos, al estar ya vendido el hotel en 2016 y no contarse esa partida en los ingresos de 2017.
En el caso de que no se llegue a vender antes del 31 de diciembre el hotel del Estadio Carranza, supondría que el presupuesto de 2016 tiene un déficit de diez millones, por lo que "de cualquiera de las dos maneras hay un desequilibrio", ha subrayado.
Pérez Dorao ha recordado que en el Pleno del pasado mes de octubre presentaron una moción para que se empezara a trabajar en el presupuesto de 2017. "La previsión legal es que esté aprobado antes de 31 de diciembre, y teniendo en cuenta que el de 2016 lo han aprobado con un claro déficit democrático, lo natural es que estuvieran ya pensando en el de 2017", ha señalado el portavoz de Ciudadanos, que ha añadido que "aquí vamos tarde a todo".
Para Pérez Dorao, "uno de los problemas del presupuesto de 2016 está en que el equipo de gobierno venía con una idea de eliminación de las empresas municipales y de los organismos autónomos". En este sentido, ha añadido que "querían centralizar todo en la estructura principal del Ayuntamiento, por lo que han compuesto el presupuesto partiendo de esa idea, pero llega un momento en que está colapsado y la central de contratación no puede dar salida a más procedimientos".
Así, según el portavoz de Ciudadanos, "ha llegado un momento en que se han dado cuenta de que no pueden dar salida a partidas de gastos que tienen residenciadas en el organismo central, y plantean una modificación presupuestaria".
Un cambio, que según ha recordado, apoyó su grupo "porque veíamos un cambio de filosofía que parecía sensato para que el servicio se pueda prestar de una manera más ágil". No obstante, ha mostrado su preocupación por "si les da tiempo", ya que "si no se realizan esos gastos y se convierte en remanente de tesorería, hay que dárselo al banco".
