Ando yo un tanto preocupado, con la mosca tras la oreja, como se debe quedar uno después de ver a Trump en delantal comerse unos nachos con queso.
Me explico. Ya sabemos como se las gastan los medios del España CañíParty, capaces de rebuscar hasta cuatro generaciones atrás el más mínimo rastro de una multa por aparcamiento de un amigo del excuñado de Iglesias, Errejón o cualquiera de los que se van a dar de hostias en Vistalegre 2, para luego convertirlo en portada, contraportada, artículo de opinión y editorial. Durante un mes.
Pero, lo que son las cosas, de las manifestaciones contra Susana Díaz a cuenta del estado de la sanidad andaluza, nada de nada. Quizás una breve mención, una columnita medio escondida, una ligera reseña entre los resultados de la liga de petanca. Y ese silencio mediático me sorprende. A no ser que…
A no ser que no interese. Quizás, desde Génova, se vea con buenos ojos el ascenso a los contaminados cielos de Madrid de la líderesa socialista, tan de izquierdas que la pones en la Gran Vía con un metro y es clavada a Esperanza Aguirre. Es probable que interese apoyarla en su carrera hacia la secretaria general del PSOE, por su valía, su verbo fácil, y por su labor como tapón ante un posible pacto de izquierdas. A lo mejor se valora como positivo su mensaje de No Es A Lo Mejor, y se aprecia más facilidad para el vasallaje que en otros candidatos.
Pero eso sería de muy mal pensados. Eso querría decir que al partido de la gaviota le importa la salud de los andaluces tanto como la de los que sufren ligeros rasguños con las concertinas. Eso vendría a demostrar que se nos ve como un sembrado de votos más que como un territorio a la cola de la UE.
Yo no quiero pensar así. Debe ser que no se han enterado. Les habrá pillado despistados, mirando hacia otro lado, o con la cabeza enterrada en algún agujero. En la tierra. Como los avestruces. Mal pensados.
