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Donald Trump rompe el deshielo con Cuba iniciado por Obama

El Departamento de Estado tomó medidas que dificultan los intercambios entre las dos naciones

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La dura respuesta anunciada por el Gobierno estadounidense a los "ataques" que han sufrido 21 de sus funcionarios en Cuba marca un profundo bache en la joven relación y evidencia el escepticismo del presidente Donald Trump por el proceso de deshielo con la isla, según expertos consultados por Efe.

Pese a no haber identificado un responsable de lo ocurrido a sus diplomáticos en la isla, el Departamento de Estado tomó medidas que dificultan los intercambios entre las dos naciones, lo que en la práctica perjudica a los cubanos y al Gobierno de Raúl Castro, que había insistido en su inocencia y está investigando el caso.

"Esta decisión marca un agudo revés para las relaciones entre Estados Unidos y Cuba", dijo a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.

La orden de retirar al personal no esencial de la embajada de EEUU en Cuba tiene como justificación, según el Departamento de Estado, el hecho de que el último incidente se produjo apenas en agosto y aún se desconoce su causa, así que tiene sentido minimizar el número de diplomáticos que puedan correr riesgo.

Esa decisión tiene, sin embargo, la consecuencia de que la embajada ha suspendido indefinidamente la emisión de visados a quienes quieran viajar a Estados Unidos desde la isla, un gesto que afecta a muchos cubanos.

A ello se suma una advertencia expresa a todos los estadounidenses de que no viajen a Cuba, una medida de precaución que el Departamento de Estado ha tomado a pesar de que, hasta ahora, los incidentes no han afectado a ningún ciudadano de ese país que no formara parte del personal de la embajada.

Para William LeoGrande, un experto en la isla en la American University y autor de un libro sobre el deshielo, esa recomendación de no viajar al país caribeño "es injustificada", y podría causar un descenso en el número de visitantes que "dañará la economía cubana, algo que (el Gobierno de) Cuba verá como un acto hostil".

"La decisión de reducir el personal no esencial puede justificarse como medida de seguridad hasta que se determine la causa de sus síntomas, pero las otras medidas son desproporcionadas respecto al riesgo", aseguró LeoGrande a Efe.

"Está claro que el escepticismo del Gobierno de Trump sobre la relación con Cuba está teniendo un papel en la gravedad de su respuesta", agregó el experto.

Ese escepticismo quedó reflejado en el discurso que el mandatario dio sobre Cuba en junio, en el que cerró la puerta a nuevos avances en el proceso de normalización y prometió restringir los viajes y negocios que los estadounidenses pueden hacer al país vecino, pero no llegó a cortar las relaciones con la isla.

"Hubo un contraste enorme en ese discurso entre lo que dijo y lo que propuso: usó una retórica muy fuerte sobre dar marcha atrás a las políticas de (el expresidente Barack) Obama, pero lo que propuso no fue tan importante", opinó para Efe un experto en Cuba en la Universidad de Columbia, Christopher Sabatini.

Trump, que durante la campaña electoral prometió en Florida que endurecería la política hacia Cuba, ha afrontado la resistencia del Departamento de Estado y el sector privado, interesados en seguir con la apertura.

Pero los incidentes sufridos por los diplomáticos, que parecen salidos de una película sobre la Guerra Fría, han llevado a Trump a endurecer su postura, y Sabatini no descarta que opte por medidas como el cierre de la embajada o la imposición de límites más claros a los viajeros estadounidenses.

"Este incidente abre la posibilidad de acciones más duras" por parte de Trump, especialmente si "escucha" a sectores como los dirigentes del exilio cubano en Miami y el senador republicano Marco Rubio, indicó Sabatini.

En cualquier caso, las medidas anunciadas hoy han decepcionado al Gobierno cubano, que había hecho grandes esfuerzos diplomáticos por evitarlas, y abren "un periodo de atrincheramiento" para la relación bilateral, aseguró a Efe un exasesor para asuntos de Latinoamérica en la Casa Blanca de Obama, Dan Erikson.

Geoff Thale, un experto en el continente en la independiente Oficina de Washington para Latinoamérica (Wola), advirtió hoy de que el anuncio del Departamento de Estado puede sonar como algo que no es: una condena por los misteriosos ataques a sus diplomáticos.

"Hasta ahora, el Gobierno de Trump se había esforzado en no culpar al Gobierno cubano por estos ataques. Estados Unidos debería tener cuidado de no tomar medidas punitivas que puedan enviar el mensaje contrario", afirmó Thale en un comunicado.

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