Sergio de la Puente ha presentado Cabot Cove, tercer disco del pianista. Para su composición y grabación ha invertido todo un año, en el que se ha alejado de sus tareas de composición de bandas sonoras, por la que es internacionalmente reconocido.
Nuevo trabajo discográfico en el mercado, ‘Cabot Cove’. ¿En qué se ha inspirado para esta creación?
–Cuando hice el disco me pregunté ¿Que me ha traído aquí? Entonces recordé discos de los ochenta y busqué algo que me retrotrajera a esa época. En esa búsqueda apareció Cabot Cove, que era el nombre de del pueblecito donde se desarrollaba Se ha escrito un crimen con el inmortal personaje de Jessica Fletcher. Me he inspirado fundamentalmente en toda la música que ha traído aquí, la irlandesa. Discos ochenteros de Mike Olfield, Michael Naiman y otros. Una música muy minimalista y muy descriptiva.
¿Qué diferencias hay entre este disco y los dos anteriores?
–Es mi tercer disco en casi 30 años, sin proponerlo he sacado un disco cada nueve años. El primero, El fuego vivido, es un disco de juventud. En él está todo lo que quería decir en esa época, es un disco minimalista y muy basado en el piano. Bajo la ciudad es un disco que hice cuando llegué a vivir a Madrid y me pasaba todo el día en el metro, de un lado para otro con mis demos. Yo venía de Granada y en Madrid me sentía como Paco Martínez Soria, todo era grande... Ambienté todo en estaciones de metro y cada canción es una estación, un estado de ánimo y un estilo de música diferente.
En este disco dedica dos piezas a Temple Bar. ¿Qué tiene de especial para usted este lugar?
–La cerveza y la fiesta... que nos gusta a todos (risas). Son las piezas más movidas del disco y es por ello que se me va la mente a ese lugar. La fusión de gentes y de músicas. La cerveza de Irlanda, como el agua de Granada, es mágica.
¿En qué medida ha contribuido al reconocimiento internacional de su música que algunas de sus bandas sonoras hayan estado presentes en la ceremonia de los Oscar, los Goya y en otros premios?
–Evidentemente son una puerta de acceso muy importante y una oportunidad de que se te conozca en todo el mundo. Si te ven allí ya eres alguien. Estar en los Oscar significó que me llamaran para hacer otras muchas películas.
Cuénteme cómo llegó a los Oscar
–Fue de la mano un cortometraje producido por Antonio Banderas, La Dama Y la Muerte, dirigido por Javier Recio. Para mí el mejor cortometraje de animación que se ha hecho nunca en España. Banderas me invitó a ir a la gala, fue una experiencia inolvidable. Por la gente que se conoce allí y todo ese ambiente tan especial. Es como Isla Mágica, pero a lo bestia.
José Ignacio Lapido habla públicamente maravillas de usted. ¿Cómo lo conoció y cuál es su relación con él?
–Curiosamente fui monitor de Boy Scout de su hijo. Yo empezaba a destacar en Granada con la música. Para mi 091 era un referente y Lapido también. Mi sueño era que grabara una guitarra para mi disco y lo hizo, después el me pidió que grabara un tema con el, a partir de ahí surgió una elación de amistad y también profesional. Le estoy muy agradecido por la reseña que ha escrito de Cabot Cove.