El Parque de la Historia y el Mar se pudo levantar gracias a la colaboración de diferentes instituciones, así como a las ayudas procedentes de Europa, unas partidas que tenían carácter finalista. Lo que significa que el uso de ese dinero tiene que ser para levantar un Parque de la Historia y el Mar.
“No dicen si va a ser eso u otra cosa. Precisamente echaron para atrás propuestas socialistas por este motivo y por eso nos preguntamos si en el caso de que sea otra cosa, se ha hablado con estas instituciones para no tener que devolver el dinero. No sabemos si están conforme con este nuevo planteamiento o no, ni siquiera sabemos ese nuevo planteamiento y por ello surgen tantas dudas”.
Esas palabras entrecomilladas y referidas al encabezamiento, son de la actual alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, ante uno de los intentos del anterior Gobierno local de sacar a flote el “muerto” que suponía esa instalación de diez millones de euros.
Esto es, que no es sólo Costas la que está en el tablero sino una serie de Administraciones y programas que tienen que cumplirse. O en caso de que no se cumplan, justificarse. Y en caso de que la justificación no se admita, devolver el dinero. Se olvida, pero está ahí. Como el tranvía. Cumpliendo certificaciones de obras pero a la espera del momento en que hay que presentar la justificación de todos los gastos y el fin al que se destinaron. Por lo que se decía al principio. Porque son partidas finalistas. Que no es lo mismo que las últimas, sino para un fin en concreto.
El anterior alcalde, José Loaiza, intentó en 2013 que la Demarcación de Costas cambiara el deslinde del Dominio Público Marítimo-Terrestre para que Costas no fuera un obstáculo. Aunque tenía presente ese carácter finalista. De hecho, tanto Gobierno local como oposición lo tenían.
Y es de suponer que lo sigan teniendo, aunque no encajan en los proyectos que se pretenden o al menos no se explican como casan unos intereses con otros. Sigue en el DPMT Loaiza no consiguió que Costas -gobernando su partido en Madrid, luego no era por motivos políticos- deslindara el Parque del DPMT a pesar de que sacó una concesión de las instalaciones a la empresa privada en la que el Ayuntamiento corría con las pérdidas. Como el convenio por los transportes públicos. No salió bien porque no se presentó ninguna empresa. O lo que es lo mismo, no querían el Parque de la Historia y el Mar ni gratis. Porque sabían o pensaban que no ganarían dinero. O no ganarían lo suficiente.
Loaiza, ante el desplante de los empresarios, justificó su apuesta fallida en que con ese revés se podría presionar a Costas para que cambiara los usos al ver que no lo quería nadie y que aquello no podía seguir en las condiciones en que estaba.
Pero Loaiza siempre tuvo en cuenta que lo primero era conseguir el cambio de uso. No cambiar el uso que se le iba a dar por otro. Conseguir el cambio de uso era iniciar y finalizar con buen fin un procedimiento administrativo que permitiera modelar un proyecto viable y rentable en las instalaciones de diez millones de euros y sumando.
El Gobierno de Patricia Cavada, que sabía que había que hablar con todas las Administraciones y llegar a un acuerdo -también pedía la unidad de todos los grupos políticos para sacar adelante el Parque- se ha encontrado de frente a Costas que no está de acuerdo en cómo lo ha hecho. Ni duda ni prudencia El Gobierno de Cavada ha sacado sus conclusiones según su interpretación de las competencias de cada Administración y ha armado una propuesta que se aleja -y mucho- del carácter finalista de las subvenciones europeas y españolas.
Que el cambio afecte a un porcentaje del 8 por ciento del suelo o a un 20 por ciento va a ser casi lo mismo a efectos de retrasos, porque el desacuerdo de Costas indica que no hubo un acuerdo anterior y se falló en lo que decía la entonces portavoz de la oposición, establecer cauces de diálogo con todas las partes.
En tanto, culpar al Gobierno central de la negativa de Costas no hace más que profundizar en la mala gestión de los socialistas en este tema, porque si las zancadillas entre Administraciones de distintos signos políticos están a la orden del día -sea quien sea y esté donde esté-, razón de más para no dejar cabos sueltos. La duda es hermana de la prudencia. Y no ha habido duda ni prudencia.
Y no sería de extrañar que desde el PP le digan a Cavada que lo ha hecho mal a postas para justificar que El Barco no navegue en 2019.
De todo
El Parque de la Historia y del Mar pasó de pretender ser el parque con el mayor acuario de Andalucía a ver pasar empresarios y docentes en jornadas de puertas abiertas a ver si lo quería alguien.
Se ha propuesto para ser la sede del Ceimar, del Andalucía Open Futura, del Clúster Marítimo Naval, del Centro Tecnológico Naval... y de complejo de organización de bodas, bautizos y comuniones con las pérdidas a costa del erario público.
Está financiado por el Ayuntamiento de San Fernando (1.153.060 euros); la Junta de Andalucía (1.964.793) y Europa con los Fondos FEDER (2.605.848).
Eso era cuando costaba 5.723.701 euros en el año 2007. Desde entonces esa cantidad casi se ha duplicado con aportaciones de la Junta, Diputación y el propio Ayuntamiento de La Isla.
Con todo, la pregunda que subyace es cómo se llegó a involucrar a la Fundación Cousteau y terminó todo en lo que ha terminado. Y se adjunta cómo se narró desde esta fundación el gran acontecimiento de la primera reunión del consejo rector del Parque.