Unidas Podemos ha profundizado esta noche en su caída al pasar de tercera a cuarta fuerza política española y quedarse en 42 diputados, 29 menos de los que obtuvo en 2016, aunque paradójicamente le servirán para reforzar su poder si finalmente, como parece, se concreta un pacto con el PSOE.
El candidato a la Presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias, ha logrado esta noche 3.723.446 votos y un 14,3 % de los apoyos, casi 1,4 millones menos que en las anteriores generales, cuando obtuvo 5,1 millones de votos y un 21,1 por ciento.
La coalición ha perdido además todos sus senadores de designación directa -doce, contando con los de las confluencias- con lo que solo se queda con los seis de designación autonómica.
No por pronosticada -el CIS le daba un máximo de 41 escaños- la caída ha hecho menos daño en las filas moradas, que confiaban en que una remontada de última hora los mantuviese en una tercera posición, aunque Pablo Iglesias se aferra al sueño sobre el que ha girado toda su campaña: sumar para gobernar con el PSOE.
"Nos hubiera gustado tener un resultado mejor pero es suficiente para frenar a la derecha y a la extrema derecha. Ahora toca trabajar con paciencia y discreción", ha asegurado Iglesias en su comparecencia ante los periodistas en el Teatro Goya, donde la coalición ha seguido la noche electoral.
Unidas Podemos cae en todas las comunidades autónomas menos en las Islas Baleares, donde se mantiene con 2 diputados; en Canarias, donde tendrá 3, y en Murcia, donde queda un único diputado.
Se extingue también en Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Cantabria y La Rioja, símbolos de una España vaciada en la que Unidas Podemos no mantendrá ni siquiera el escaño de Juanma del Olmo, el jefe de la campaña y mano derecha de Pablo Iglesias.
En Andalucía retrocede de 11 a 9 escaños, en Aragón pasa de 2 a uno -el de Pablo Echenique-, al igual que en Asturias y en Navarra, donde Ione Belarra será la única diputada frente a los dos de la anterior legislatura. En Madrid, la organización morada pasa de 8 a 6 escaños.
Y en Cataluña, la confluencia entre Pablo Iglesias y el partido de Ada Colau ha pasado de ganar las elecciones con el 24,5 % de los votos a quedarse en una tercera posición y con 7.
Tampoco ha aguantado en su mermada confluencia gallega, donde pasa de 5 a 2 diputados, ni en el País Vasco, con una representación de 4 escaños frente a los 6 que obtuvo al ganar las anteriores generales.
En la Comunitat Valenciana, Podemos ha aguantado y ha revalidado 5 escaños frente a uno solo de Compromís, el de Joan Baldoví, el socio que descartó revalidar la coalición con la que concurrieron en anteriores comicios, y que lo ha pagado con tres escaños menos.
Pero toda estas pérdidas de escaños podrían ser insignificantes si Unidas Podemos logra poder e influencia en el Gobierno, una idea en la que ha insistido Pablo Iglesias durante toda la campaña, y que le serviría también para aquietar las aguas internas en un partido que ha avanzado de crisis en crisis.
Con la fuga de su número dos, Iñigo Errejón, Pablo Iglesias tiene ahora casi todo el control de la organización y margen para pilotarla hasta tener preparado su relevo.
"Uno de los problemas de Podemos en los últimos tiempos ha sido dar una imagen de nuestra situación interna que no ha estado a la altura. Eso se ha podido notar y esperamos que eso no vuelva a ocurrir", ha dicho el secretario general del partido morado, que dice haber tomado nota para que la situación no vuelva a suceder.