Los barcos de la organización humanitaria española Proactiva Open Arms y de la alemana Sea Eye esperan en el Mediterráneo central a que se les indique un puerto seguro en el que poner a salvo a los casi 200 inmigrantes que han rescatado.
La nave de Open Arms mantiene a bordo a un total de 124 inmigrantes salvados en dos operaciones distintas, cuando la patera en la que viajaban se encontraba en apuros.
El primer rescate fue ayer, cuando fueron salvados un total de 55 inmigrantes, entre ellos dos bebés mellizos y una mujer embarazada, justo cuando su embarcación estaba "a punto de naufragar" y entraba agua, explicó el fundador de la ONG, Óscar Camps.
El segundo se dio en plena noche y fueron socorridas y acogidas a bordo 69 personas, entre estas dos niños y dos mujeres embarazadas y "una de nueve meses con contracciones", y muchos con "signos inequívocos de la violencia sufrida en Libia", de donde zarparon.
Por otro lado el barco "Alan Kurdi" de la ONG alemana Sea Eye ha acogido a bordo a 40 inmigrantes rescatados ayer en las aguas del Mediterráneo central, una de las rutas migratorias más peligrosas y mortíferas del planeta.
Los inmigrantes fueron salvados el miércoles a unas 30 millas (55 kilómetros) de Libia, tras zarpar de la ciudad libia de Tagiura, al este de Trípoli, y proceden de Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Malí, Congo y Camerún.
Son familias enteras, entre estas tres niños pequeños y una mujer embarazada, y muchos están devastados psicológicamente tras sobrevivir al ataque aéreo de hace un mes en el campo de detención en Tajoura, en el sur de Trípoli, que causó más de 50 muertos.
La "Alan Kurdi" ha pasado la noche en aguas internacionales frente a la isla italiana de Lampedusa pero las autoridades italianas se niegan a permitir su entrada y han pedido a Malta que se haga cargo, a pesar de que el Estado insular está a 20 horas de navegación.
Así lo denunció la organización en sus redes sociales para narrar "la bizarra vida cotidiana en el Mediterráneo", donde Italia y Malta mantienen sus puertos cerrados a las naves de las ONG y suelen enfrancarse en disputas sobre la responsabilidad de la acogida.
"Una insoportable disputa combatida a costa de los refugiados", reprocharon desde Sea Eye.
No obstante la "Alan Kurdi" ha puesto rumbo a Malta para que pueda ser tratado un niño herido en Libia, indicaron a Efe fuentes de la organización, aunque no tengan permiso para atracar.
"Estas son las personas de las que Italia debe ser protegida. Se llama Djokovic, como un tenista europeo. En Libia sufrió una herida de arma de fuedo ¿Deberíamos devolverle allí? Le estamos llevando a Malta ahora mismo", avanzó el portavoz Gorden Isler, junto a una foto del pequeño en brazos de una cooperante.
En Italia el ministro del Interior, Matteo Salvini, ya ha comunicado la prohibición de que las embarcaciones entren o naveguen en aguas territoriales del país.
El ministro ultraderechista, que mantiene una política de puertos cerrados a las ONG, a las que acusa de favorecer la inmigración irregular, es el impulsor de un decreto que prevé multas de entre 10.000 y 50.000 euros a las que violen esa disposición.
Por otro lado las autoridades españolas prohíben a Open Arms retomar la búsqueda activa de barcazas en peligro, limitando su actividad, y el 4 de julio la Marina Mercante advirtió que afrontaría multas de hasta 900.000 euros si contravenía su petición.
La organización española lamentó en Twitter la prohibición del Gobierno italiano y "las amenazas" del español: "Un panorama desalentador", denunció Open Arms, antes de asegurar que la vida de los inmigrantes es "lo primero".
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Los barcos de Open Arms y Sea Eye esperan puerto en el Mediterráneo
La nave de Open Arms mantiene a bordo a un total de 124 inmigrantes salvados en dos operaciones distintas
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