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Almería

Seis años de prisión por abusar de su sobrina nieta de 11 años

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de seis años de prisión para un hombre de Almería acusado de dos delitos de abuso sexual sobre su sobrina nieta

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  • Juicio.

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de seis años de prisión para un hombre de Almería acusado de dos delitos de abuso sexual sobre su sobrina nieta cuando esta tenía 11 años de edad después de que, en dos situaciones distintas a lo largo de 2016, la sometiera a tocamientos.

El fallo del Alto Tribunal rechaza el recurso de casación del acusado, quien alegó que se habían vulnerado sus derechos fundamentales al haber sido condenado en base a la declaración de la víctima, y le impone seis años de libertad vigilada, 12 años de alejamiento de la víctima y una indemnización de 50.000 euros.

La sentencia avala el pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Almería al considerar probado que el acusado aprovechó dos ocasiones, una en junio de 2016 y otra en septiembre de ese mismo año, para meterse en la cama en la que dormía la niña "guiado por el propósito de satisfacer sus deseos sexuales".

El tribunal considera que el relato de la víctima fue "coherente y sin contradicciones fundamentales", ya que narró "de forma clara los abusos sexuales" ocurridos en las dos localidades en las que se dieron pese a que la defensa del condenado considere que el discurso entra "en contradicción con lo previamente declarado y con otras fuentes de prueba, llegando a admitir la menor que los hechos no ocurrieron en realidad, sino en un sueño".

Pese a ello, el Supremo incide en que "no se advertían contradicciones esenciales" en lo declarado por la menor, cuyos hechos coinciden "tanto con lo declarado en el curso del procedimiento" como "con el testimonio de la madre", sin que además hubiera algún tipo de "resentimiento o móvil espurio" de la menor hacia el acusado.

A ello, el tribunal suma el informe emitido por las psicólogas de la fundación Márgenes y Vínculos, quienes detectaron "diversos y variados indicadores de violencia sexual" como pesadillas, sentimientos de tristeza, miedo a represalias y a contárselo a su madre, a pesar de que la menor presentara "más confusión en los detalles periféricos, pero no así en los hechos centrales".

En esta misma línea, las peritos indicaron respecto de las pesadillas que sufría la menor, que estas "serían fruto de las experiencias vividas" y en todo caso, "posteriores a los hechos".

Del mismo modo, y ante la falta de prueba de cargo alegada por la defensa, el Tribunal Supremo recalca nuevamente que la declaración de la víctima "puede constituir prueba de cargo bastante cuando se practica con las debidas garantías procesales" toda vez que "no existen indicios que apunten a una valoración irracional, absurda o arbitraria".

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