En los más de 35 años de democracia argentina, multitud han sido las anécdotas y situaciones tormentosas en torno a cada traspaso de mando presidencial, ya sea al darse en medio de crisis económicas, por complicadas situaciones personales o por desavenencias entre los mandatarios entrantes y salientes.
Tras el final de la última cruenta dictadura (1976-1983), el bastón presidencial ha cambiado de manos hasta en una decena de ocasiones, y volverá a hacerlo, si un inesperado contratiempo no lo impide, el 10 de diciembre próximo, cuando el peronista Alberto Fernández sucederá a Mauricio Macri en la Jefatura de Estado.
1. EL PRIMER PRESIDENTE
Con todo el país viéndolo por televisión y con el emblemático Salón Blanco de la casa de gobierno como escenario, el último dictador argentino, Reynaldo Bignone (1982-1983), colocó la banda presidencial al radical Raúl Alfonsín en un momento en que el país luchaba por salir de la oscuridad.
Tres años después de esa imagen que marcó una época, en la que se ve al primer presidente de la actual democracia argentina con gesto serio pero respetuoso, comenzaba el juicio a las juntas militares de la dictadura, que sentó en el banquillo a los responsables del terrorismo de Estado, uno de los principales hitos de la gestión alfonsinista.
2. EL RETORNO DEL PERONISMO EN MEDIO DEL CAOS
La hiperinflación y la fuerte devaluación, así como un progresivo aumento de los niveles de pobreza y de la protesta social, obligaron a Alfonsín a adelantar las elecciones a mayo de 1989, varios meses antes de lo previsto.
Tras imponerse en las urnas, el peronista Carlos Menem recibió de su antecesor los atributos de mando el 8 de julio con un país en llamas.
Esta fue la primera sucesión entre dos presidentes constitucionales de distintos partidos desde 1916.
3. ZULEMITA CUSTODIA EL BASTÓN DE MANDO
Reelegido en 1995, Menem ya tenía consigo el bastón presidencial, lo que no impidió que su hija Zulemita -quien tras la separación matrimonial de sus padres ejerció durante varios años como una suerte de primera dama- custodiara simbólicamente los atributos de poder de su padre en los actos de protocolo de la asunción presidencial.
El veterano político, en ese momento de 65 años, extendió su mandato hasta que en 1999, sin posibilidad de reelección, cedió el poder en la tradicional ceremonia en la Casa Rosada al opositor Fernando de la Rúa.
4. EL ADIÓS EN HELICÓPTERO Y CUATRO NUEVOS PRESIDENTES
La más grave crisis económica que ha sufrido Argentina en su historia reciente forzó la dimisión de De La Rúa el 20 de diciembre de 2001. El mandatario abandonaba la Casa de Gobierno en helicóptero tras varios días de violentas revueltas callejeras y una represión policial que dejó más de 30 muertos.
El presidente del Senado, Ramón Puerta, asumió provisionalmente el poder y convocó a la Asamblea Legislativa para designar a un nuevo gobernante. El 23 de diciembre, el Congreso ungió al peronista Adolfo Rodríguez Saá, pero ante la falta de apoyo político también renunció.
El siguiente en asumir, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, convocó nuevamente al Parlamento para elegir un nuevo mandatario provisional, lo que alzó, el 1 de enero de 2002 al también peronista Eduardo Duhalde, que estuvo en el poder hasta las elecciones del año siguiente.
5. EL BASTÓN IMPARABLE
Aunque fue el segundo candidato más votado en los comicios de 2003, por debajo de Menem -que volvió a presentarse-, un entonces casi desconocido Néstor Kirchner logró llegar a la Presidencia tras la negativa del exmandatario de disputar una segunda vuelta.
El 25 de mayo de ese año, día de la patria, Kirchner juraba el cargo en el Congreso y, al momento de agarrar el bastón de manos de Duhalde, el entonces nuevo jefe de Estado comenzó a hacer con él extraños movimientos ante la atónita mirada de los presentes y gestos de complicidad de su esposa, la en ese momento senadora Cristina Fernández.
6. TODO QUEDA EN FAMILIA
En 2007 llegó el turno de Fernández. La primera dama se convertía en presidenta y recibía, fundida en un emotivo abrazo, los atributos de mando de manos de su propio esposo.
De nuevo, el cambio presidencial se hacía efectivo en el Poder Legislativo en vez de en el Ejecutivo.
7. DIOS, LA PATRIA Y ÉL
Un paro cardíaco se cobró la vida de Kirchner en octubre de 2010. Un año después, su viuda era reelegida presidenta con más del 54 % de los votos. Florencia, hija de ambos, fue la encargada de colocar la banda presidencial a una Cristina Fernández vestida de luto.
Al momento de jurar que desempañaría con lealtad y patriotismo el cargo, la flamante mandataria expresó que si así no lo hiciera, "Dios, la patria y Él" -en referencia a su fallecido esposo- deberían demandárselo, ante la ovación de la multitud de simpatizantes.
8. EL PLANTÓN
Fernández finalizó su Gobierno, sin posibilidad de volver a presentarse, en diciembre de 2015. Su candidato a la Presidencia, Daniel Scioli, fue derrotado por Macri, con quien la presidenta tuvo un desencuentro por el lugar de entrega del bastón de mando, polémica que se saldó con la decisión de ella de no asistir al juramento.
Mientras la mandataria se inclinaba por traspasar el poder en el Congreso, como habían hecho ella y su marido, su sucesor prefería la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, como es tradicional.
El actual presidente recurrió a la Justicia, que limitó el mandato de Fernández a la medianoche anterior y despejó a Macri el camino para organizar su protocolo de investidura. En una situación sin precedentes, en las doce horas que transcurrieron entre el final del mandato de Fernández y la asunción de Macri, el país estuvo formalmente a cargo del senador macrista Federico Pinedo.
"Debía haberle puesto la banda en el Congreso, porque él adquiere la calidad de presidente cuando presta juramento frente la Asamblea Legislativa", llegó a decir Fernández en 2017, en una entrevista en la que pidió "disculpas" si ofendió a alguien por su decisión.
9. LA TRANSICIÓN ORDENADA
De no ocurrir nada antes, Macri será el primer presidente no peronista en terminar su mandato en el tiempo que corresponde. Esta mañana, el jefe de Estado recibió a Fernández -vencedor de los comicios de este domingo- para iniciar una "transición ordenada" que lleve tranquilidad en medio de la grave recesión que arrastra el país.
Está por ver las anécdotas que, una vez más, dejen para la historia las famosas banda y bastón de los presidentes argentinos.