Una investigación llevada a cabo por los principales cronobiólogos del mundo, en la que ha participado el catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada (UGR), Darío Acuña, ha advertido de que el cambio horario en otoño y primavera supone un importante factor de riesgo para la salud y bienestar.
Según ha informado la universidad granadina en una nota de prensa, esta modificación del horario "altera el sistema circadiano que regula y mantiene bajo control las funciones del organismo".
Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista científica 'European Journal of Internal Medicine', supone un consenso internacional sobre el impacto del cambio horario en el organismo humano.
Según este trabajo, el cambio horario implica una alteración brusca de estos ritmos, ya que en 24 horas modificamos el horario subjetivo de salida y puesta de sol.
"El sistema circadiano se controla por el fotoperiodo o ritmo de luz/oscuridad, que a su vez regula la producción nocturna de melatonina, que es el verdadero sincronizador endógeno de dichos ritmos", ha indicado Acuña.
Como explica el catedrático de la UGR, "hay que tener en cuenta que el estado de salud se basa en el mantenimiento de cambios rítmicos de todas las funciones de nuestro organismo, desde el ritmo sueño/vigilia al ritmo de neurotransmisores cerebrales o ritmos hormonales entre otros".
Este cambio brusco provoca, a su vez, un cambio de hora en la producción nocturna de melatonina, dando lugar a un proceso llamado 'desincronización interna', que impide que el reloj biológico sea incapaz de mantener "el orden" en el organismo". Este tarda unos 3-5 días en volver a funcionar correctamente.
"Ese tiempo es suficiente para que puedan aparecer molestias leves, moderadas, o graves, desde trastornos cognitivos (pérdida de atención o memoria), alteraciones del sueño, problemas cardiovasculares, e incluso favorecer procesos tumorales", ha señalado el autor de esta investigación. .
Según la nota de prensa, el trabajo ha registrado que, sobre todo en las mujeres, el cambio de hora en primavera conlleva un aumento de un 24 por ciento en eventos cardiovasculares severos, incluyendo infartos de miocardio.
Para evitar estas consecuencias negativas que el cambio de horario tiene en la salud, este consenso internacional ha propuesto que se elimine definitivamente el cambio horario estacional, una medida que la Comisión Europea estudia en la actualidad que entre en vigor en 2021.