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La pesadilla de la Bolsa Única Común

Si el futuro de Jeff Bezos dependiese de la web de la Junta para tramitar el acceso a la bolsa de empleo puede que a estas alturas no supiésemos qué es Amazon

  • Acceso a la bolsa. -

Anoche estuve hasta las dos de la madrugada intentando ayudar a un amigo a completar la tramitación de su inscripción en la Bolsa Única Común de empleo que ha promovido la Junta para la cobertura de vacantes y sustituciones en la administración andaluza, y que a partir de ahora será la única vía de acceso a esta oferta de empleo público. Tuvimos que dejarlo por imposible. Más que a ayudarlo, la experiencia de anoche me sirvió para constatar su frustración, de la que terminé siendo partícipe al comprobar las dificultades de un sistema de tramitación que, en un principio, dejaba en evidencia nuestras carencias informáticas, hasta que en una búsqueda desesperada de respuestas descubrimos que no éramos los únicos en idéntica situación.

Según datos publicados este mismo jueves por la Junta, desde la apertura del procedimiento, el 2 de enero, hasta ahora se han recibido 45.000 inscripciones correctas -ole por ellos-, pero hay otras 45.000 en fase de borrador, entre ellas la de mi amigo, lo que ha obligado a la propia administración, a petición de los sindicatos, a ampliar el plazo de presentación de solicitudes hasta el 7 de febrero, una vez constatadas las complicaciones que se están produciendo en un procedimiento telemático al que, por otro lado, se llega precedido de una más que exhausta recabación de datos, certificados, acreditaciones y títulos que avalen la categoría profesional a la que se aspira dentro de la propia bolsa de empleo, y que debes digitalizar en formato pdf para adjuntarlos en un determinado apartado. Entre dichos documentos se encuentra, por ejemplo, el certificado digital, sin el cual es imposible acceder al sistema.

La propia Junta ha editado un vídeo y una guía para mostrar cada uno de los pasos que hay que ir dando para completar la tramitación, que, aunque válido y orientativo, no responde a los problemas que puedes encontrarte mientras realizas el procedimiento a causa de la propia web del empleado público y, según apuntan otros afectados, unas interfaces poco intuitivas, sin olvidar los requisitos que debe cumplir tu propio ordenador, ya que no se puede acceder al sistema sin un tipo de navegador concreto y, además, antiguo, que, obviamente, tienes que localizar, descargar e instalar porque se ha visto superado por las sucesivas actualizaciones de las que dispones en tu portátil.

Cuando se supone que lo tienes todo listo para  empezar el procedimiento vas siguiendo los pasos indicados para la creación del borrador, marcar la categoría profesional en la que estás encuadrado, realizar la baremación que te corresponde en función de los méritos contraídos durante tu trayectoria profesional y curricular hasta la fecha, y comenzar a subir los pdf. Es entonces cuando terminas convencido de que todo está perdido. El sistema no para de devolver un “error de firma”, te remite a un fallo en la instalación del Java -que previamente has comprobado que está correctamente activo dentro del sistema operativo de tu ordenador-, y te ofrece la opción de completar la acción desde el acceso a la Autofirma de la Junta de Andalucía que, no podía ser de otra forma, te envía a una URL incorrecta.

Se supone que la solución pasa por descargarte directamente la citada autofirma. En ello estamos a punto de ponernos ahora, pero me temo que les tendré que dejar con la intriga, y no porque les pueda interesar mi historia, sino porque conozcan a otras muchas personas en idéntica situación que a estas horas sigan dándose cabezazos contra el teclado ante el temor de que pueda escapárseles esta magnífica oportunidad o de que el lunes, sin otra opción más que la de recurrir a alguna sede oficial de la Junta en la que les puedan resolver sus dudas, se encuentren con un más que previsible colapso.

Son parados, con más o menos formación, con más o menos experiencia, y a los que cualquier sustitución o vacante les puede dar la vida en estos momentos. Se entiende y aplaude la rigurosidad con la que la Junta ha decidido poner en marcha este nuevo procedimiento, pero si el futuro de Jeff Bezos dependiese de las especificaciones técnicas de la web de la Junta puede que a estas alturas ni siquiera supiésemos qué es Amazon.

 

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