Los vecinos de Campanillas vivieron en la madrugada del 25 de enero una autentica noche de terror, que se ha convertido en semanas de sufrimiento. En poco tiempo el agua y el barro inundaron sus vidas. Ahora, con la ayuda de más de 520 voluntarios, siguen intentando volver de forma definitiva a la normalidad y recuperar lo que la riada les quitó.
Han habido muchas lagrimas derramadas, mucho sufrimiento y muchas personas desconcertadas en Campanillas“Han habido muchas lagrimas derramadas, mucho sufrimiento y muchas personas desconcertadas en Campanillas”, ha lamentado Antonio Paneque, presidente de OSAH (Organización Social de Acción Humanitaria). Así, ha asegurado que en el Distrito malagueño hay, tras el temporal, “un antes y un después”, sobre todo por la ola de solidaridad recibida.
“Venia gente con sabañones y con la misma ropa de cinco o seis días achicando agua de una casa, nos han venido familias que han perdido las cenizas de sus familias, nos ha venido mucho sufrimiento”, ha indicado dando muestra de las pérdidas materiales y sentimentales.
El lado bueno del desastre en Campanillas ha venido de la mano de los voluntarios y las donaciones para las más de 850 familias afectadas. “Lo he perdido todo y ellos me han hecho ver que se puede seguir para delante”, ha agradecido Mari Carmen Lobo, una de las damnificadas por la borrasca.
El lunes 27 se estableció el centro de acopio de donaciones y recepciones de ayuda en el Centro Cultural Antonio Beltrán Lucena, en una acción conjunta de la Junta Municipal de Distrito, OSAH y la Asociación Cultural El Carmen. “Hemos ido allí a llorar y a que nos den un abrazo, a mí me han dado mucho”, ha recordado Mari Carmen.
Respecto a ello, Ruth Sarabia, la concejala delegada del distrito de Campanillas, ha explicado que “a veces las personas venían a por un abrazo, para llorar tranquilamente y para que les reconfortaran, a veces no querían nada más”, ha dicho, señalando que “los vecinos y voluntarios se han convertido en una gran familias, al igual que el centro en un refugio para los damnificados”.
Han sido más de 520 los voluntarios que han estado “10, 12 y 14 horas diarias de trabajo desinteresado”, ha afirmado Juan Antonio Barba, presidente de la Asociación Cultural El Carmen, añadiendo que “han colaborado en la limpieza y en el reparto, con sus propios vehículos, de enseres, electrodomésticos, muebles y de todo lo que tanta gente con tanto cariño nos ha dado desde todos los puntos de la provincia de Málaga y de fuera de ella”.
Datos voluntariado
Los más de 520 voluntarios se han repartido en unas 120 en tareas de apoyo como recepción de donaciones, clasificación de productos, preparación de lotes o entrega a los damnificados y 400 en labores de limpieza, eliminación de fango y enseres dañados. Se estima que se han realizado 5.500 horas de trabajo voluntario entre el 27 de enero y el 7 de febrero, han informado desde el Ayuntamiento.
La ciudadanía de Campanillas ha recibido alimentos, productos de higiene y limpieza, ropa y calzado y electrodomésticos; además de la colaboración en la limpieza. El reparto de productos se mantuvo hasta el 7 de febrero, habiéndose distribuido hasta entonces más de 12.000 unidades de productos de limpieza, 6.000 unidades de artículos de higiene personal, 4.000 prendas de ropa y calzado, 3.000 mantas, sábanas y toallas y 250 lotes de alimentos básicos no perecederos.
En el Centro Cultural se han atendido unas 1.800 llamadas telefónicas en las que se solicitaba información, se ofrecía ayuda o donaciones o se coordinaba el voluntariado. El centro ha permanecido abierto de 08.00 a 23.00 horas de lunes a domingo.
El voluntariado también se ha prestado directamente en los domicilios afectados: se ha actuado en más de 180 viviendas, fundamentalmente situadas en las calles Varsovia, Cristobalina Fernández y alrededores, además de en la calle José Calderón; se han atendido a 12 familias de Las Castañetas y los Asperones; se han entregado lotes de alimentos y productos de limpieza en 75 domicilios; productos de limpieza a 50 locales y comercios; se ha coordinado la entrega de enseres, mobiliario y electrodomésticos a 107 familias, llevándolos a sus viviendas en 74 casos al no disponer de medios particulares para su transporte.
Con los enseres más voluminosos (camas, colchones, somieres, mobiliario básico, electrodomésticos) se hace una relación de donantes para, posteriormente, poder repartirla a las personas que los necesitan.
Actualmente permanecen en un almacén del PTA los artículos y enseres donados y que no han sido repartidos, a la espera de poder hacerlos llegar a las familias que los necesiten. También está presente este dispositivo los miércoles en el Centro Cultural con el objetivo de garantizar el seguimiento de las donaciones pendientes de distribuir y para seguir asesorando a las familias afectadas.
Además, tanto las entidades sociales como el Ayuntamiento han destacado como “personas afectadas que, en cuanto tuvieron su casa medianamente puesta en orden, se unieron rápidamente para ayudar a otros vecinos que habían perdido mucho más o que se encontraban mucho más afectados”, ha subrayado Sarabia, a lo que Panque ha sumado que “era hermoso ver como los vecinos se ayudaban entre sí”.