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Antequera

Continúa la polémica en torno a la explotación minera del Manantial de la Yedra

Ecologistas en Acción Antequera presenta alegaciones a la explotación minera del Manantial la Yedra por una embotelladora de agua por su alto impacto

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  • Fuente de la Yedra. -

Ecologistas en Acción ha presentado informe de alegaciones a la Autorización Ambiental Unificada (AAU) para la instalación de una planta de envasado de agua mineral y fábrica de hielo, sobre el manantial La Yedra y junto a la popular Fuente de la Yedra, cerca del puerto de las Pedrizas, en Antequera, promovido por la empresa “Manantial la Yedra S.L.” El proyecto pondría en peligro la Fuente de la Yedra, el manantial del que brota, y el acuífero que lo alimentan, según el colectivo. En concreto, Ecologistas denuncia el peligro de sobreexplotación y agotamiento del acuífero de la Sierra de Las Cabras-Camarolos-San Jorge, del que dependen ademásotros manantiales,importantes arroyos y el propio río Guadalhorce. A esto se suman los impactos que provocará la edificación de la infraestructura en una zona protegida de alto valor paisajístico, apuntan.

El manantial de la Yedra posee una elevada karstificación funcional, propia de sistemas de flujo por conductos, que hacen que tenga un vaciado rápido y una baja capacidad de regulación natural. Estas características hacen que el volumen de agua almacenada en este sector del acuífero no sea muy elevado. Este comportamiento del manantial, junto con el limitado nivel de recursos hídricos almacenados en él, ha sido ignorado, lo que evidenciaría según EEA una flagrante contradicción con la puesta en funcionamiento de una innecesaria explotación minera envasadora de agua con un enorme caudal concedido de 40 l/s,  unos 1.261.440.000 de litros anuales, 1,26 Hm3 de agua, el equivalente al consumo de una población no turística (200-250 l/dh) de 13.800-17200 habitantes al año, que podría hacer desaparecer la Fuente de la Yedra en poco tiempo al ser un drenaje natural de dicho manantial y necesitar niveles de agua óptimos para fluir e igualmente ocurriría con el resto de manantiales. 

Tampoco se tiene en cuenta, denuncia la asociación ecologista, que la Fuente de la Yedra está protegida y catalogada como L.I.H. (Lugar de Interés Hidrogeológico) por el IGME, para proteger la cantidad y la calidad de sus recursos hídricos. Asimismo, el manantial de la Yedra del que brota, cuenta con un área de protección de 4 km2, en el seno del Convenio Marco de Asistencia Técnica entre el Instituto Tecnológico Geominero de España y la Consejería de la Junta, y la envasadora quedaría dentro de esta zona de protección incompatible. Pero, además, el acuífero de las Cabras-Camarolos-San Jorge, del que depende este manantial, está declarado Zona de Protección Especial (ZPE000003/060.031) por el Plan Hidrológico de Cuenca, al ser masas de agua subterránea de cabecera cuyos drenajes han de ser preservados por contribuir al logro de los objetivos medioambientales. E igualmente, éste acuífero, tiene establecido una zona de salvaguarda acuífera tipo C en un 58,4% y zona tipo D en un 40,4%, es decir, que en un 98,8% del acuífero no se autorizan captaciones adicionales por alto riesgo de sobreexplotación, según estas zonas elaboradas por el IGME. Todas estas características harían al proyecto inviable, sin contar las consecuencias ecológicas, según alegaciones presentadas por la asociación ecologista.


La extracción masiva por parte de la empresa embotelladora podría tener también una preocupante incidencia sobre los sondeos de agua para consumo humano, pues son varias las poblaciones colindantes que se nutren en diversa medida del acuífero de Las Cabras-Camarolos-San Jorge: Casabermeja, Villanueva del Rosario, Villanueva del Trabuco, Colmenar y la propia Antequera. A día de hoy, el proyecto carece de informe que acredite que la extracción intensiva de este acuífero no afectará a los sondeos referenciados y que no pondrán en riesgo el consumo humano.

Más allá del etnocentrismo, la sobreexplotación de este sector del acuífero del que dependen todas las fuentes mencionadas y muchas otras surgencias, además de arroyos (de La Yedra, La Plata, Las Adelfas…), o el río Guadalhorce donde desemboca todo lo anterior, afectaría gravemente de manera global a muchos ecosistemas, y con ello a los numerosos seres vivos no humanos que lo habitan, como el águila perdicera (real, calzada, culebrera), aguilucho cenizo, halcón peregrino, cernícalo primilla, búhos, garzas, garcillas, sisones, andarríos, cigüeñuelas, especies de murciélagos, gato montés, nutrias, salamandra, tritones, gallipatos, sapos, sapillos, ranitas, galápagos, culebra de collar y bastarda, scrophulariaviciosoi, saxig¡fraga del Torcal, y un innumerable etc. de fauna y flora vulnerable o protegida especialmente, sin contar el resto no protegida pero igualmente importante para el equilibrio de este singular enclave con muchos Hábitats de Interés Comunitarios (HIC), protegido como zona ZEC, LIC, el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Málaga o el propio PGOU de Antequera; viéndose amenazadas por el agotamiento o merma significativa en el aporte de agua de estas fuentes y arroyos, exponen las alegaciones.

Al gran impacto sobre el acuífero, se suman los costes medioambientales y paisajísticos de la edificación de la planta embotelladora, que se instalaría en una zona protegida por el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de Antequera por su alto valor ecológico que no permite actividades mineras. Sondear 40 l/s requiere forzar la extracción del acuífero mediante medios mecánicos en una zona altamente protegida y la construcción de una planta de 3.000 metros cuadrados y nueve metros de altura, que romperá por completo la armonía del paisaje, incompatible con el Convenio Europeo del Paisaje y afectaría también a la vía pecuaria Cordel de Palenciana y a la zona de policía del Arroyo de la Yedra. Además, de ninguna forma queda acreditada la Utilidad Pública e Interés Social del proyecto, existiendo sobrada jurisprudencia sobre el objeto de una cumplida, completa y acabada prueba de lo anterior, y que las autorizaciones han de ser interpretadas en sentido siempre restrictivo y tras haber quedado perfectamente acreditados los condicionamientos, por ello, haría imposible comprender dicha concesión, con todo lo expuesto.

También apuntan en las alegaciones, según estudio, que, debido a la elevada karstificación funcional de este acuífero, que provoca una baja capacidad de regulación natural, un vaciado rápido y un volumen de recursos almacenado no muy alto, se originan unas enormes variaciones del quimismo en las aguas; provocando en periodos de estiaje un agua de mineralización muy alta, con elevados valores en el residuo seco, la conductividad, y de los iones magnesio y cloruro. Estos elevados valores, ocasionarían que el agua que se envasara en dichos periodos, no cumpliera supuestamente con la catalogación de agua de mineralización débil ni minero-medicinal, no siendo recomendada para la preparación de alimentos infantiles o personas con problemas renales, y por tanto, nada comercial y en ningún caso buscado por los consumidores en las estanterías.

Este nuevo proyecto de embotelladora de agua es un paso más en la privatización de los recursos naturales del terreno municipal de Antequera por parte del Ayuntamiento de la localidad, en este caso, facilitando la instalación de embotelladoras en zonas similares. La privatización del agua como sector estratégico atenta contra los derechos humanos, pero también contra los de los animales y el planeta. Con sus acciones, el Consistorio está desplazando la vida del centro de su actividad para colocar el beneficio económico de una empresa, dejando de manera irresponsable el control del agua y los acuíferos de Antequera en manos privadas centradas en intereses monetarios y no en el bien común, siguen insistiendo desde Ecologistas.

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