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En román paladino

Chulerías y terremotos

Ayuso ha provocado un terremoto de mociones de censura alternativas al romper con Cs

Publicado: 11/03/2021 ·
09:29
· Actualizado: 11/03/2021 · 09:29
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  • Ayuso. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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El estilo tabernario   - las tabernas  eran lugares   sagrados antes de la pandemia y  seguro que lo serán tras las vacunas- va ganando enteros en la vida política  y, aunque el diccionario dice que lo tabernario  es bajo, grosero y vulgar,  importa más su estilo retador y pendenciero.  Se parece al tono de los espacios televisivos  de  algunas tertulias   de chismes o de barrabasadas políticas,  que ha llegado a los  parlamentos  y parece que para quedarse.

No importa tanto lo que se dice como  la frase gruesa que queda en la retentiva del periodista  o del espectador. Los independentistas y la presidenta de Madrid han sido los maestros en esto.  Hoy la gente lo ha visto en Madrid.    Madrid, precisamente Madrid, la  ciudad capital de España y  la comunidad que lo es porque no podía dejarse un vacío en el centro de España, sin incorporase  a las Castillas,   se ha  convertido en la punta de lanza de todos los desencuentros contra  el gobierno.  No hay materia en la que no busque la confrontación.  Ahora  Ayuso se ha sacado de la manga un palabro, la   madrileñofobia,  y   ha  roto con Ciudadanos, convocado elecciones y provocado  un terremoto de mociones de censura alternativas. Todo pasa por convertir las diputaciones  provinciales en comunidad uniprovincial -Madrid y Murcia, entre otras-.

Se evidenció  la chulería con  Rufián que, tras conocer que el grupo socialista  había votado en el Parlamento Europeo a favor de levantar el aforamiento de Puigdemont,  advirtió   a  los socialistas que “Si siguen así lo acabaran celebrando en sus casas, y no en Moncloa”. No sabía lo de la moción de  Murcia, que los hace menos necesarios,  ni  cayó en la cuenta de que se dicen  de izquierdas  pero  anteponen  el independentismo a la izquierda. Los anticapitalistas de la CUP actúan igual.  Todo el programa revolucionario de acabar con el capitalismo  se alcanza con su alianza con los exconvergentes de la burguesía -ahora independentista- de Cataluña. Las revoluciones   son  o permanentes o pendientes  y      ambas   van para  muy largo.  La quema de contenedores y  el saqueo de establecimientos  es el camino de hacerlas más pendientes  aún porque sirven para dar votos a la extrema derecha. No lo saben ni ellos ni Echenique. Son  los que  en campaña electoral  clamaban contra los  aforamientos  y se  agarran  a ellos como lapas en el Parlamento Europeo.

 

 

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