El bailaor Eduardo Guerrero estrena este sábado en el Festival de Jerez su espectáculo 'Debajo de los pies', donde unirá tradición y vanguardia, y que nace de un sentimiento de búsqueda de “lo más terrenal” del bailaor gaditano.
Según el propio Guerrero, su espectáculo es "una pieza de amalgama, que entrelaza puntos de vista, donde la tradición y la contemporaneidad van de la mano".
La organización del Festival ha explicado en una nota que 'Debajo de los pies' es una pieza grupal en la que se construyen puentes entre diversas líneas estéticas, una obra donde Guerrero "sentía la necesidad de compartir, de crecer como artista".
'Debajo de los pies' nace, ha explicado, de un sentimiento de búsqueda de "lo más terrenal", una indagación que comenzó en 2017 y tuvo como guía a David Lagos, para llegar a otros espectáculos y la inesperada pandemia, momento en que Guerrero retoma la idea de "rescatar este material", pues no siente la necesidad de caminar, "sino de parar un rato".
En ese estado de incertidumbre colectiva, Guerrero se plantea conflictos sociales más allá del baile: la falta de comunicación, la individualidad excesiva y por qué ocurría todo esto, y recurre al guitarrista José Acedo para “organizar el guion musical”.
Al igual que Tío Maleno, Remedios Amaya aparecerá en un vídeo en este montaje, ya que, como ha explicado el propio artista, "necesitábamos esa presencia porque Remedios Amaya es la artista que más ha caminado".
En este "Debajo de los pies", con dramaturgia y dirección escénica de Mateo Feijoo, Guerrero ofrecerá un amplio registro que incluye bulería, milonga,alegrías o tangos, mientras que su baile tendrá la compañía de Sara Jiménez y Alberto Sellés.
Tras Eduardo Guerrero, en el escenario del Teatro Villamarta podrá verse el domingo 'Al fondo riela (Lo Otro del Uno)', el segundo montaje que la bailaora malagueña Rocío Molina dedica a la guitarra y que forma parte de una trilogía en torno a este instrumento.
Un proyecto aún en desarrollo que comenzó con 'Inicio' y que desanda el camino de la tradición del flamenco para volver a recorrerlo y recuperar la esencia del acto creativo que anida en este arte.
El montaje de Rocío Molina es el resultado de una investigación hasta descubrir el paisaje artístico inmenso que envuelve a la guitarra, un instrumento que le sugiere ideas y que, tomando como referencia algunos de sus intérpretes, le abre las puertas de un mundo en el que es necesario profundizar.
De ahí que la bailaora entendiera que esta especie de homenaje a la guitarra no tuviera cabida sólo en un espectáculo y lleve a cabo este proyecto incompleto hasta cerrarlo con su tercera parte.
