Terminó siendo una anédota en el primer día de caballos pero no para el propietario de la Cuadra L’Etoile, el preparador Guillermo Arizkorreta ni por supuesto para el jinete Pablo Gredilla.
Tampoco para los encargados de colocarse la herradura que había perdido el équido. Uno de los mismos fue despedido por un caballo que terminó dentro del agua.
Suele suceder cada cierto tiempo.