Un grupo de investigación de la Universidad de Almería (UAL) ha identificado qué bacterias de las que habitan en las primeras capas de los suelos en zonas áridas previenen la desertificación, según ha informado en una nota la Fundación Descubre.
Estos microorganismos y líquenes forman una costra que mantiene la hidratación, aporta nutrientes, detiene el proceso de erosión y promueve el crecimiento de nueva flora.
Con esta información, pueden seleccionar las bacterias que aportan beneficios a este tipo de suelos y elaborar soluciones que ayuden a generar y fijar esta capa protectora.
Las costras biológicas del suelo o biocostras son comunidades de bacterias, algas, líquenes musgos y otros microorganismos que cubren grades superficies en zonas áridas y semiáridas, donde habitan los primeros milímetros del suelo.
Estas son capaces de vivir en condiciones extremas de temperatura, son resistentes a la radiación solar y mantienen la humedad a pesar de las pocas lluvias que se producen en los lugares que habitan.
"Estas costras tienen una gran importancia para mantener la humedad de los suelos y el desarrollo de la vida de estas áreas, ya que aportan nutrientes como materia orgánica o nitrógeno al suelo. Además, favorecen la infiltración, disminuyen la erosión y, al aportar nitrógeno, promueven el crecimiento de nuevas plantas", ha señalado la investigadora de la UAL Isabel Miralles.
En este estudio, publicado en 'Science of the total enviroment', los investigadores explican que la presencia de cierto tipo de biocostras de líquenes modifican las propiedades químicas del suelo y favorecen la proliferación de microorganismos bajo ellas.
Los investigadores recogieron muestras de los primeros milímetros de la costra, de la zona inmediatamente inferior a la misma, de una capa a mayor profundidad y, por último, de un suelo que no tenía presencia de líquenes para compararla con las otras tres.
Además, estudiaron las propiedades químicas como la materia orgánica, la cantidad de carbonatos, el pH y la conductividad eléctrica en las diferentes capas del suelo estudiadas y en áreas desnudas sin biocostras. Todos estos parámetros químicos influyen en el desarrollo de las comunidades de bacterias de las biocostras.
Por otro lado, estudiaron la composición de los líquenes y observaron que éstos regulaban la cantidad de bacterias presentes en el suelo inmediatamente bajo ellos.
Con los datos recogidos, los expertos confirmaron que las biocostras aportan materia orgánica y otras sustancias que favorecen el crecimiento de bacterias en la capa del sueño inmediatamente inferior a ellas. Sin embargo, este efecto que ejercen disminuye en zonas más profundas y en áreas de suelo desnudo.