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Almería

La provincia despide un 2020 marcado por la pandemia

Pasará la historia por los cambios que ha dejado la covid cuyo impacto en la provincia se traduce en más de 21.300 personas contagiadas y más de 280 fallecidos

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  • Coronavirus. -

Almería dice adiós este jueves al año 2020 que pasará la historia por los cambios que ha dejado el covid-19, cuyo impacto en la provincia se traduce en más de 21.300 personas contagiadas y más de 280 fallecidos, pero también más 18.400 pacientes curados; una pandemia que, no obstante, no ha podido detener el principal motor económico de la provincia como es el campo almeriense, que ha sacado músculo ante la adversidad y ha mantenido su actividad bajo restricciones sanitarias.

"El reconocimiento de la sociedad en su conjunto de la labor del sector agrario y su necesidad ha sido bueno y va a ser bueno en los próximos años", ha valorado el secretario provincial de COAG y responsable estatal de Frutas y Hortalizas, Andrés Góngora, quien en este aspecto ha coincidido con el gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, para quien la agricultura ha sido reconocida como un "sector estratégico" tanto por administraciones como por la ciudadanía.

En declaraciones a Europa Press, los representantes del sector han señalado que ha calado entre la opinión pública la necesidad de que un país tenga una agricultura y ganadería fuertes para su abastecimiento y alimentación. "Es muy gratificante ver cómo el sector ha estado a la altura trabajando sin parar e incrementando todas las medidas en tiempo récord para abastecer a toda España y Europa", ha valorado el portavoz de la entidad que representa a las comercializadoras.


Góngora ha señalado que la fase aguda de la pandemia ha conllevado el aumento del consumo de frutas y hortalizas en los hogares, con repuntes en la cesta de compra de un 40 por ciento en determinados meses y de hasta un 50 por ciento en algunos productos, lo que ha sido positivo para un sector que, de otro lado, se ha visto severamente afectado por la baja o nula adquisición de otros productos como el cordero o la flor ornamental.

La declaración por primera vez este año del estado de alarma, el pasado 14 de marzo, llevó al confinamiento de la población y supuso además el cierre de colegios, comercios no esenciales, centros de ocio y cines, pero no impidió que alhóndigas y comercializadoras mantuvieran su actividad con restricciones que impedían el acceso a todas aquellas personas cuya labor no fuera directa para sacar adelante la producción hortofrutícola, en encaraba ya la temporada de primavera.

La responsabilidad de los almerienses quedó patente durante la primera oleada de la pandemia, en la que el covid-19 demostró una baja incidencia, y es que con el fin de la desescalada el 21 de junio, coincidiendo con la bajada de la actividad en almacenes de manipulado y el fin de las campañas agrícolas, apenas 800 personas habían resultado contagiadas en Almería, que por entonces contabilizaba solo 53 fallecidos.

Desde el sector agroalimentario han destacado aquí la responsabilidad de las empresas y sus trabajadores para mantener las medidas de seguridad e higiene en el trabajo, con apenas tres brotes, dos de ellos en julio en El Ejido y Níjar y otro en octubre en Pulpí, que fueron atajados al poco de producirse frente a las decenas de empresas que se concentran especialmente en el Poniente almeriense, todo el campo de Níjar y la zona Levante-Norte.

Para contrarrestar el covid, las empresas optaron por aumentar los turnos en las líneas de manipulado-envasado con una disminución en el número de trabajadores así como en los descansos establecidos, a lo que se unieron medidas para el lavado frecuente de manos, el uso de gel higienizante y el empleo de guantes.

Al mismo tiempo, los almacenes mostraron su cara más solidaria y realizaron múltiples donaciones de material como guantes y plástico con los que fabricar equipos de protección para los hospitales y las residencias; un esfuerzo que mereció el aplauso de los almerienses tanto al sector del manipulado como a los transportistas, las casas de semillas y el resto de la industria auxiliar.

En cambio, la segunda ola registrada especialmente tras el verano incrementó notablemente la tasa de contagio en la provincia, que hasta hace una semana volvía a ser la segunda con mayor incremento por detrás de Jaén, de modo que las restricciones en materia de movilidad y distancia social que impidieron celebrar durante el verano la Feria de Almería o las hogueras de San Juan se han visto endurecidas y han puesto en jaque al sector hostelero y al turismo principalmente, con hoteles cerrados por falta de clientes.

LÍDER EN EXPORTACIONES

Frente a estos sectores más perjudicados, la actividad agraria ha continuado. Según los datos que maneja Extenda, durante este año Almería ha sido líder de las exportaciones agroalimentarias de Andalucía, con 2.562 millones de euros vendidos entre enero y octubre, el 27,4 por ciento del total y un alza del 6,7 por ciento interanual, lo que ha dado cuenta de la pujanza del sector.

A pesar de todo, el sector de las frutas y hortalizas finaliza el año con los mismo problemas con los que empezó 2020, basados en la falta de control que achacan a las importaciones de terceros países, la pérdida de superficie en cultivos esenciales como el tomate y la descompensación del valor del producto a lo largo de la cadena agroalimentaria.

"El brexit creo que se ha salvado, aunque le queda recorrido y se va a hablar en los próximos meses de la relación con Reino Unido", ha observado Góngora, quien ha coincidido con el gerente de Coexphal en la bajada continuada de la rentabilidad y la desaparición de algunas explotaciones. "Se le da valor al sector pero no se protege lo suficiente", ha considerado Fernández, por su parte.

A esta crisis estructural de precios acompaña otra, en el marco de las relaciones laborales ante la falta de acuerdo entre patronal de la industria auxiliar de la agricultura y los trabajadores para renovar un convenio colectivo que afecta a más de 25.000 empleados de la provincia del manipulado; un sector ampliamente feminizado en el que impera la eventualidad y que acaba 2020 sin haber conseguido articular un acuerdo que contente a ambas partes.

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