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Andalucía

Rambouillet, la ciudad que se ilumina gracias a unas bacterias

Esta bacteria, presente en las profundidades del océano, emite luz cuando se le suministra oxígeno y nutrientes, generando un efecto luminoso

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  • Cilindros bioluminiscentes de Rambouillet. -

La ciudad francesa de Rambouillet, ubicada aproximadamente a 50 kilómetros al suroeste de París, ha emergido como un referente global en iluminación urbana sostenible.

En los últimos meses, sus calles, plazas y edificios públicos se han iluminado con tubos de luz que aprovechan la bioluminiscencia, la capacidad de ciertos organismos vivos para producir luz.

Los tubos de luz de Rambouillet resultan de un proyecto de investigación liderado por el biólogo marino Jean-Pierre Lecomte, quien ha dedicado años al estudio de las propiedades de una bacteria conocida como Aliivibrio fischeri.

Esta bacteria, presente en las profundidades del océano, emite luz cuando se le suministra oxígeno y nutrientes, generando un efecto luminoso comparable al de las luciérnagas o las medusas.

TUBOS DE PLÁSTICO

El equipo de Lecomte logró aislar y cultivar esta bacteria en el laboratorio, creando tubos de plástico transparente que la contienen en una solución acuosa. Estos tubos están conectados a sensores que detectan la presencia de personas, activando un sistema de bombeo que suministra oxígeno y nutrientes a la bacteria, provocando su iluminación.

Así, los tubos de luz se encienden solo en presencia de alguien cercano, ahorrando energía y evitando la contaminación lumínica.

Comparados con las fuentes de iluminación convencionales como bombillas LED o lámparas fluorescentes, los tubos de luz de Rambouillet presentan diversas ventajas. En primer lugar, son más ecológicos al no consumir electricidad ni generar residuos. Además, son más económicos, ya que solo requieren agua y nutrientes para funcionar. Por último, ofrecen una estética más agradable, creando una atmósfera cálida y natural que favorece el bienestar ciudadano.

El proyecto ha recibido respaldo del ayuntamiento de Rambouillet, que financió la instalación de los tubos en lugares emblemáticos como la sala de espera del Centro de Vacunación Covid-19, el parque del castillo y el mercado central.

Además, ha despertado el interés de otras instituciones y empresas que han adoptado los tubos de luz para sus espacios; el aeropuerto internacional de París, por ejemplo, los ha implementado en pasillos y salas de embarque, creando un ambiente relajado y acogedor para los viajeros.

Los tubos de luz de Rambouillet ejemplifican cómo la ciencia y la naturaleza pueden colaborar para desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles ante los desafíos del siglo XXI. Según Lecomte, el objetivo es "demostrar que la bioluminiscencia es una fuente de iluminación viable, segura y respetuosa con el medio ambiente, que puede mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir a la transición ecológica".

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