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Las obras del Portillo traen en jaque a los alumnos de la IPG

"Yo soy el primer interesado en tener el Portillo acabado, porque practico deporte y mi hija también, pero la situación actual es tormentosa. Todas las obras afectan, pero no han considerado que esto es un centro educativo".

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  • El ruido de la maquinaria hace prácticamente imposible dar clases en las aulas de la IPG (al fondo de la imagen). -
  • El centro colinda con la obra y los ruidos no dejan desarrollar las clases con normalidad
  • El AMPA ha propuesto trasladar las clases a otro centro o un horario de tarde
Toda obra conlleva grandes molestias para todos los que la rodean, ya sean negocios, vecinos o centros, por muy diferentes motivos. Uno de ellos suele ser el ruido de la maquinaria pesada trabajando, que normalmente se soporta como buenamente se puede, pero que en esta ocasión ha llegado a límites que hacen imposible convivir con ellos. Es el caso que están sufriendo y padeciendo los alumnos y profesores de la Institución Provincial Gaditana, centro educativo que colinda con la gran obra de construcción del Pabellón deportivo Fernando Portillo.
Tales son las molestias que el padre de una alumna ha denunciado a la empresa constructora, Promotora San Miguel, y lo ha puesto en conocimiento de las autoridades que tienen competencia en el asunto, mientras que el AMPA del colegio también busca vías de solución, sin obtener respuesta hasta la fecha, ante la situación que se está viviendo en el centro.
Concretamente este padre, Juan Manuel Romero mediante un escrito, el 19 de octubre puso e asunto en conocimiento del Ayuntamiento “por anteponer la ejecución de una obra sin obligar a la empresa constructora a minimizar las desagradables molestias sonoras que genera en un entorno educativo”, de Diputación de la que depende el centro, “por no exigir al Ayuntamiento la paralización inmediata de las obras en horario escolar hasta la adopción de medidas adecuadas”, y de la Consejería de Educación de la Junta “por no haber actuado en consecuencia y hacer caso omiso de las quejas del director del colegio”.
De las tres administraciones “sólo contestó el Ayuntamiento” que a través del jefe de la sección administrativa de Control y Disciplina Urbanística del Consistorio señalaba que han dado instrucciones a la empresa constructora para que realicen los trabajos “en la medida de lo posible fuera del horario escolar”.
Tras comprobar que los ruidos permanecían sin cambios de horarios uno y otro día, Juan Manuel Romero denunció a la empresa. Se personó en el centro en compañía de dos agentes de la Policía Local y, junto al Jefe de Estudios, comprobaron “los hechos, así como la perturbación de las clases debido al ruido”, señalan en la denuncia.
“Los ruidos son tremendos, impiden que se desarrollen las clases con normalidad y en varias ocasiones mi hija ha llegado a casa con dolores de cabeza, algo que estoy seguro que le ocurrirá a más alumnos”, resalta Romero, que no entiende como se aprobó “una obra de esta magnitud sin haber realizado antes un estudio del entorno y haber colocado al menos unas planchas de insonorización” para proteger al colegio. “Yo soy el primer interesado en tener el Portillo acabado, porque practico deporte y mi hija también, pero la situación actual es tormentosa. Todas las obras afectan, pero no han considerado que esto es un centro educativo”, finalizó.

AMPA
Por su parte, desde la Asociación de Padres y Madres de Alumnos de la Institución Provincial Gaditana también buscan alguna solución a este asunto, pero como aseguraba su presidente, por el momento no han encontrado ninguna vía. “El problema es que no se tuvieron las consideraciones correctas al realizarse el proyecto de la obra y ahora es difícil encontrar una solución” ya que poner . No obstante, el AMPA se ha reunido con los responsables del centro y con la Diputación para proponerles alguna vía de escape, como “sacar los niños del centro” y que continúen las clases durante el tiempo que perduren los trabajos en cualquier otro colegio o instalación de la zona, o bien, adaptar a las clases que se ven más afectadas “a un horario de tarde”, cuando las obras ya han finalizado.
Según cuenta el AMPA, ambas opciones fueron definidas como inviables por los responsables de Diputación, aunque sí le aseguraron que trabajarán en busca de una solución ya que “los niños no pueden dar clases en esas condiciones”. No obstante, el AMPA reclama el apoyo masivo de los padres de los alumnos centro para que así sea más fácil dar con una salida para este y otros de los problemas que vive la Institución Provincial Gaditana.

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